La oración es la mejor arma que tenemos; es una llave que abre el corazón de Dios. Debes hablar a Jesús también con el corazón además de hacerlo con los labios; o, mejor, en algunas ocasiones debes hablarle únicamente con el corazón.

San Pío de Pietrelcina

Señal De La Cruz

Oracion Básica

Por la señal + de la Santa Cruz, de nuestros + enemigos líbranos Señor, + Dios nuestro. En el nombre del Padre, y del + Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.

Padre Nuestro

Oracion Básica

Padre nuestro,
que estás en el cielo,
santificado sea tu Nombre;
venga a nosotros tu reino;
hágase tu voluntad
en la tierra como en el cielo.

Danos hoy nuestro pan de cada día;
perdona nuestras ofensas,
como también nosotros perdonamos
a los que nos ofenden;
no nos dejes caer en la tentación,
y líbranos del mal. Amén.

Ave María

Oracion Básica

Dios te salve María
llena eres de gracia
el Señor es contigo;
bendita tú eres
entre todas las mujeres,
y bendito es el fruto
de tu vientre, Jesús.

Santa María, Madre de Dios,
ruega por nosotros, pecadores,
ahora y en la ahora
de nuestra muerte. Amén

Gloria al Padre

Oracion Básica

Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

La Salve

Devoción Mariana

Dios te salve, Reina y Madre de misericordia, 
vida, dulzura y esperanza nuestra. 

Dios te salve. 

A Tí clamamos los desterrados hijos de Eva, 
a Tí suspiramos, gimiendo y llorando en este valle de lágrimas. 

Ea, pues, Señora Abogada Nuestra, 
vuelve a nosotros tus ojos misericordiosos, 
y después de este destierro, muéstranos a Jesús,
fruto bendito de tu vientre.

Oh, clemente, oh piadosa, oh dulce Virgen María. 

Ruega por nosotros, Santa Madre de Dios, 
para que seamos dignos de alcanzar las promesas de Nuestro Señor Jesucristo.

Amén

Acto De contrición

Oracion Básica

¡Señor mío Jesucristo!, Dios y Hombre verdadero, Creador Padre y Redentor mío; por ser vos quien sois y porque os amo sobre todas las cosas, me pesa de todo corazón haberte ofendido y no haberte amado. Propongo firmemente no volver a pecar, confesarme y cumplir la penitencia que me fuere impuesta. Te ofrezco mi vida, obras y trabajos, en satisfacción de todos mis pecados. Así como os lo suplico, así espero y confío, que en vuestra bondad y misericordia infinita me los perdonaréis y me daréis gracia para enmendarme y para perseverar en vuestro santo servicio, hasta el fin de mis días. Amén.

Yo Confieso

Oracion Básica

Yo confieso ante Dios to­do­poderoso y ante vosotros, hermanos: que he pecado mucho de pensamiento, palabra, obra y omisión.

Por mi culpa, por mi culpa, por mi gran culpa.
Por eso, ruego a Santa María siempre Virgen, a los Ángeles, a los Santos y a vosotros, hermanos, que intercedáis por mí ante Dios nuestro Señor.

Yo Confieso 2

Oracion Básica

Yo confieso ante Dios to­do­poderoso, ante Santa María siempre Virgen, San Miguel Arcángel, San Juan Bautista, los santos Apóstoles Pedro y Pablo, todos los santos, y ante vosotros, hermanos: que he pecado mucho de pensamiento, palabra y obra.

Por mi culpa, por mi culpa, por mi gran culpa.
Por eso, ruego a Santa María siempre Virgen, a San Miguel Arcángel, a San Juan Bautista, a los santos Apóstoles Pedro y Pablo, a todos los santos, y a vosotros, hermanos, que intercedáis por mí ante Dios nuestro Señor.

Credo Niceno-Constantinopolitano

Oracion Básica

Creo en un solo Dios, Padre to­do­poderoso, Creador del cielo y de la tierra, de todo lo visible y lo invisible.

Creo en un solo Señor, Jesucristo, Hijo único de Dios, nacido del Padre antes de todos los siglos: Dios de Dios, Luz de Luz, Dios verdadero de Dios verdadero, engendrado, no creado, de la misma naturaleza del Padre, por quien todo fue hecho; que por nosotros, los hombres, y por nuestra salvación bajó del cielo, y por obra del Espíritu Santo se encarnó de María, la Virgen, y se hizo hombre; y por nuestra causa fue crucificado en tiempos de Poncio Pilato; padeció y fue sepultado, y resucitó al tercer día, según las Escrituras, y subió al cielo, y está sentado a la derecha del Padre; y de nuevo vendrá con gloria para juzgar a vivos y muertos, y su reino no tendrá fin.

Creo en el Espíritu Santo, Señor y dador de vida, que procede del Padre y del Hijo, que con el Padre y el Hijo recibe una misma adoración y gloria, y que habló por los profetas.

Creo en la Iglesia, que es una, santa, católica y apostólica. Confieso que hay un solo bautismo para el perdón de los pecados. Espero la re­su­rrección de los muertos y la vida del mundo futuro. Amén.

Símbolo De Los Apóstoles

Oracion Básica

Creo en Dios, Padre to­do­poderoso, Creador del cielo y de la tierra.

Creo en Jesucristo, su único Hijo, nuestro Señor, que fue concebido por obra y gracia del Espíritu Santo, nació de santa María Virgen, padeció bajo el poder de Poncio Pilato, fue crucificado, muerto y sepultado, descendió a los infiernos, al tercer día resucitó de entre los muertos, subió a los cielos y está sentado a la derecha de Dios, Padre to­do­poderoso. Desde allí ha de venir a juzgar a vivos y muertos.

Creo en el Espíritu Santo, la santa Iglesia católica, la comunión de los santos, el perdón de los pecados, la re­su­rrección de la carne y la vida eterna. Amén.

Ángel De Dios

Devoción A Los Ángeles

Ángel de Dios,
que eres mi custodio,
pues la bondad divina me ha encomendado a ti,
ilumíname, guárdame, defiéndeme y gobiérname. Amén.

Ángel De La Guarda

Devoción A Los Ángeles

Ángel de mi guarda dulce compañía
no me desampares ni de noche ni de día.
No me dejes sólo que me perdería.

Bendita Sea Tu Pureza

Devoción Mariana

Bendita sea tu pureza y eternamente lo sea,
pues todo un Dios se recrea,
en tan graciosa belleza.
A Ti celestial princesa,
Virgen Sagrada María,
te ofrezco en este día,
alma vida y corazón.
Mírame con compasión,
no me dejes,
Madre mía.
Amén.

Acordaos

Devoción Mariana

Acordaos, ¡oh piadosísima Virgen María!, que jamás se ha oído decir que ninguno de los que han acudido a vuestra protección, implorando vuestro auxilio, haya sido desamparado.

Animado por esta confianza, a Vos acudo, oh Madre, Virgen de las vírgenes, y gimiendo bajo el peso de mis pecados me atrevo a comparecer ante Vos.

Oh madre de Dios, no desechéis mis súplicas, antes bien, escuchadlas y acogedlas benigna mente. Amén.

A La Sagrada Familia

Oracion Básica

Jesús, José y María, os doy el corazón y el alma mía. Jesús, José y María, asistidme en mi última agonía. Jesús, José y María, con vos descanse en paz el alma mía.

Contigo Voy Virgen Pura

Devoción Mariana

Contigo voy Virgen pura,
y en tu poder voy confiado
pues yendo de Ti amparado,
mi alma volverá segura.
Dulce madre no te alejes
tu vista de mí no apartes
ven conmigo a todas partes
y solo nunca me dejes.
Y ya que me protejes tanto
como verdadera madre,
haz que me bendiga
El Padre, El Hijo, y el Espíritu Santo, amen.

Oh Señora Mía

Devoción Mariana

Oh señora mía,
oh madre mía,
yo me ofrezco enteramente a ti.
En prueba de mi filial afecto
te consagro en este día,
mis ojos,
mis oídos,
mi lengua,
mi corazón,
en una palabra,
todo mi ser.
Ya que soy todo tuyo,
oh madre de bondad,
guárdame y defiéndeme como cosa
y posesión tuya.
Amén.

Acción De Gracias

Santificación Del Día

Te doy gracias, Jesús mío, de todo corazón, porque has venido a mi alma. Virgen Santísima, Angel de mi guarda, Angeles y Santos del Cielo, dad por mi gracias a Dios.

Mi Ofrecimiento Del Día

Santificación Del Día

¡Oh! Jesús, por medio del Inmaculado Corazón de María, te ofrezco mis oraciones, trabajos, alegrías y sufrimientos de este día, en unión con el Santo Sacrificio de la Misa que se celebra en el mundo. Los ofrezco por todas las intenciones de Tu Sagrado Corazón: la salvación de las almas, la reparación de los pecados, la unión de todos los cristianos. Los ofrezco por las intenciones de nuestros obispos, y del apostolado de la oración y particularmente por aquellas recomendadas para este mes por el Santo Padre.

Oración De La Mañana I

Santificación Del Día

Señor, al comenzar el nuevo día,
te pido que me ayudes,
que me libres de todo mal,
de todo peligro y de todo pecado;
que sean buenas mis palabras,
mis miradas,
mis sentimientos,
mis acciones
y el fondo de mi corazón.

Te ofrezco Señor,
todos mis pensamientos,
obras y trabajos de este día.
Bendícelos a fin
de que no haya ninguno
que no sea hecho por tu amor.
Amén.

Oración De La Mañana II

Santificación Del Día

Señor, en el silencio de este día que nace,
vengo a pedirte paz, sabiduría y fuerza.

Hoy quiero mirar al mundo con ojos llenos de amor.
Ser paciente, comprensivo, humilde, suave y bueno.

Ver a tus hijos detrás de las apariencias,
como los ves tu mismo,
para así poder apreciar la bondad de cada uno.

Cierra mis oídos a toda murmuración.
Guarda mi lengua de toda maledicencia.
Que sólo los pensamientos que bendigan permanezcan en mi.

Quiero ser tan bienintencionado y bueno
que todos los que se acerquen a mi sientan tu presencia.

Revísteme de tu bondad señor
y haz que en este día yo te refleje.

Amén.

Oración De La Mañana III

Santificación Del Día

Señor mío y Dios mío, te amo con todo mi corazón.
Te doy gracias por haberme creado y hecho cristiano y por el nuevo día que me regalas.
Te ofrezco las acciones de este día, haz que sean según tu voluntad y para mayor gloria tuya.
Líbrame del pecado y de todo mal.
Que tu gracia esté siempre conmigo, con todos los que yo amo, con todas tus criaturas.
Amén.

Para Pedir Protección

Santificación Del Día

Altísimo Dios de todo lo creado. Verdad infalible en quien creo. Clemencia infinita en quien espero. Bondad inmensa a quien amo sobre todas las cosas y a quien me pesa haber ofendido. Te doy gracias por haberme creado, redimido, bautizado, y conservado; y por todos los beneficios que me has hecho hasta ahora. Te ofrezco todos los pensamientos, palabras, obras y sufrimientos de este día con intención de ganar sus indulgencias y aplicarlas por las almas del purgatorio.

No permitas, Padre mío, que te ofenda. Líbrame de las tentaciones del demonio. Dame fuerza para huir de las ocasiones de pecar y vencer mis pasiones. Haz que cumpla con el fin para el cual estoy en el mundo, que conozca tu voluntad, que me preocupe por la salvación de mi alma y por hacer el bien a mi prójimo. Que viva el día de hoy como si fuera el último de mi vida. Para que merezca gozarte en el reino eterno de la gloria.

Te lo pido por los méritos de mi Señor Jesucristo y la intercesión de mi Madre, la siempre Virgen María, de mi ángel de la guarda, de San José, de Santos..., y demás patronos y abogados míos.
Amén.

El Santo Rosario

Devoción Mariana

Recomendaciones

Meditamos en el corazón, como María. Con ella vamos a Jesús para entregamos al Padre. A medida que decimos las oraciones vocales, vamos pensando en los principales misterios de nuestra Redención.

Según la tradición, la reflexión de los misterios es la parte del rosario que la Virgen le explicó a Sto. Domingo con mucho cuidado. Cuando pensamos en Jesús, meditando los misterios de la revelación, profundizamos nuestra fe y valoramos lo que El ha hecho por nosotros. La mejor forma de lograr esa meditación es hacerla con Su Santísima Madre, la Virgen María. Empezamos a comprender, a la vez, el gran papel que juega María en nuestra Redención. Los misterios del rosario nos acercan más a Jesús y a María.

Oracióne iniciales

Señal de la cruz
Por la señal de la Santa Cruz, de nuestros enemigos líbranos Señor, Dios nuestro. En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.

Ven Espíritu Santo, ven por medio de la poderosa intercesión del Inmaculado Corazón de la santisima virgen María tu amadísima esposa (3 veces).


Credo de los Apóstoles
Creo en Dios, Padre Todopoderoso, Creador del cielo y de la tierra. Creo en Jesucristo, su único Hijo, Nuestro Señor, que fue concebido por obra y gracia del Espíritu Santo; nació de Santa María Virgen; padeció bajo el poder de Poncio Pilato; fue crucificado, muerto y sepultado; descendió a los infiernos; al tercer día resucitó de entre los muertos, subió a los cielos y está sentado a la derecha de Dios, Padre todopoderoso. Desde allí ha de venir a juzgar a los vivos y a los muertos.
Creo en el Espíritu Santo, la Santa Iglesia Católica, la comunión de los santos, el perdón de los pecados, la resurrección de la carne y la vida eterna. Amén.

Cierre sus ojos un instante y recuerde todas las cosas (hechos, palabras, pensamientos, omisión) con que ha ofendido al Señor. Profundamente arrepentido diga:
¡Señor mío Jesucristo!, Dios y Hombre verdadero, Creador Padre y Redentor mío; por ser vos quien sois y porque os amo sobre todas las cosas, me pesa de todo corazón haberte ofendido y no haberte amado. Propongo firmemente no volver a pecar, confesarme y cumplir la penitencia que me fuere impuesta. Te ofrezco mi vida, obras y trabajos, en satisfacción de todos mis pecados. Así como os lo suplico, así espero y confío, que en vuestra bondad y misericordia infinita me los perdonaréis y me daréis gracia para enmendarme y para perseverar en vuestro santo servicio, hasta el fin de mis días. Amén.

Ofrecimiento del Rosario

  • En honor y gloria a la Santísima Trinidad.
  • En agradecimiento por los beneficios recibidos.
  • Por las Benditas Almas del Purgatorio
  • Por el Papa y la Santa Madre Iglesia Católica; por los sacerdotes y en especial por el sacerdote que hemos adoptado.
  • En expiación y reparación por todos nuestros pecados y los del mundo entero.
  • Por la conversión de los pecadores y por nuestro Celo Apostólico.
  • Por los agonizantes, encarcelados y enfermos.
  • Para pedir las virtudes de la humildad, pureza, obediencia, fidelidad,sabiduria, oración y la caridad.
  • Por todos directores y futuros directores de nuestra comunidad.
  • Por la paz del mundo y en especial, la de nuestro país.
  • Por la perseverancia de los que han sido evangelizados para que el Señor les infunda Celo Apostólico y suscite vocaciones santas.
  • Por todos los servidores públicos y gobernantes.
  • Por las intenciones del Inmaculado Corazón de María y súplicas e intenciones personales.

1. Misterios Gozosos (Lunes Y Sábado)

1. La Encarnación del Hijo de Dios

(Lucas 1, 26-38) “Al sexto mes fue enviado por Dios el ángel Gabriel a una ciudad de Galilea, llamada Nazaret, a una virgen desposada con un hombre llamado José, de la casa de David; el nombre de la virgen era María. Y entrando, le dijo:

Alégrate, llena de gracia, el Señor está contigo.

María se sorprendió de estas palabras, y se preguntaba qué significaría aquel saludo. El ángel le dijo:

No temas, María, porque has hallado gracia delante de Dios; vas a concebir en el seno y vas a dar a luz un hijo, a quien pondrás por nombre Jesús. El será grande y será llamado Hijo del Altísimo, y el Señor Dios le dará el trono de David, su padre; reinará sobre la casa de Jacob por los siglos y su reino no tendrá fin.

María respondió al ángel:

¿Cómo será esto, puesto que no conozco varón?

El ángel le respondió:

El Espíritu Santo vendrá sobre ti y el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra; por eso el que ha de nacer será santo y será llamado Hijo de Dios. Mira, también Isabel, tu pariente, ha concebido un hijo en su vejez, y este es ya el sexto mes de aquella que llamaban estéril, porque ninguna cosa es imposible para Dios.

Dijo María:

He aquí la esclava del Señor; hágase en mí según tu palabra. palabra.”

1 Padre Nuestro, 10 Avemaría, 1 Gloria


Se rezan las siguientes jaculatorias
María es Madre de gracia y Madre de misericordia.
En la vida y en la muerte, ampáranos Madre Nuestra.

Sea amado y adorado en todo momento Jesús en el Santísimo Sacramento.

¡Oh Jesús mío perdona nuestros pecados, líbranos del fuego del Infierno, lleva al Cielo a todas las almas y especialmente a las más necesitadas de tu misericordia!

El Rosario de María nos libre de todo mal, alabemos noche y día a la Reina Celestial. Ven divina voluntad, ven a reinar en los corazones del mundo entero. Amén.

2.La Visita de María a Santa Isabel

(Lucas 1, 39-56) “ En aquellos días, se puso en camino María y se fue con prontitud a la región montañosa, a una ciudad de Judá; entró en casa de Zacarías y saludó a Isabel. En cuanto oyó Isabel el saludo de María, saltó de gozo el niño en su seno, Isabel quedó llena de Espíritu Santo y exclamó a gritos:

"Bendita tú entre las mujeres y bendito el fruto de tu seno; y ¿de dónde a mí que venga a verme la madre de mi Señor? Porque apenas llegó a mis oídos la voz de tu saludo, saltó de gozo el niño en mi seno. Feliz la que ha creído que se cumplirían las cosas que le fueron dichas de parte del Señor!"

Y dijo María:

"Alaba mi alma la grandeza del Señor
y mi espíritu se alegra en Dios mi salvador
porque ha puesto los ojos en la pequeñez de su esclava, por eso desde ahora todas las generaciones me llamarán bienaventurada,
porque ha hecho en mi favor cosas grandes el Poderoso, Santo es su nombre
y su misericordia alcanza de generación en generación a los que le temen.
Desplegó la fuerza de su brazo, dispersó a los de corazón altanero.
Derribó a los potentados de sus tronos y exaltó a los humildes.
A los hambrientos colmó de bienes y despidió a los ricos con las manos vacías.
Acogió a Israel, su siervo, acordándose de la misericordia
como había anunciado a nuestros padres en favor de Abrahán y de su linaje por los siglos."

María se quedó con ella unos tres meses, y luego se volvió a su casa. ”



1 Padre Nuestro, 10 Avemaría, 1 Gloria


Se rezan las siguientes jaculatorias
María es Madre de gracia y Madre de misericordia.
En la vida y en la muerte, ampáranos Madre Nuestra.

Sea amado y adorado en todo momento Jesús en el Santísimo Sacramento.

¡Oh Jesús mío perdona nuestros pecados, líbranos del fuego del Infierno, lleva al Cielo a todas las almas y especialmente a las más necesitadas de tu misericordia!

El Rosario de María nos libre de todo mal, alabemos noche y día a la Reina Celestial. Ven divina voluntad, ven a reinar en los corazones del mundo entero. Amén.

3.El Nacimiento del Niño Jesús

(Lucas 2, 1-20) “ Por aquellos días salió un edicto de César Augusto ordenando que se empadronase todo el mundo. Este primer empadronamiento tuvo lugar siendo gobernador de Siria Cirino. Iban todos a empadronarse, cada uno a su ciudad.

Subió también José desde Galilea, de la ciudad de Nazaret, a Judea, a la ciudad de David, que se llama Belén, por ser él de la casa y familia de David, para empadronarse con María, su esposa, que estaba encinta. Mientras estaban allí, se le cumplieron los días del alumbramiento y dio a luz a su hijo primogénito, le envolvió en pañales y le acostó en un pesebre, porque no tenían sitio en el albergue.

Había en la misma comarca unos pastores, que dormían al raso y vigilaban por turno durante la noche su rebaño. Se les presentó el ángel del Señor, la gloria del Señor los envolvió en su luz y se llenaron de temor.

El ángel les dijo:

"No temáis, pues os anuncio una gran alegría, que lo será para todo el pueblo: os ha nacido hoy, en la ciudad de David, un salvador, que es el Cristo Señor; y esto os servirá de señal: encontraréis un niño envuelto en pañales y acostado en un pesebre."

Y de pronto se juntó con el ángel una multitud del ejército celestial que alababa a Dios diciendo:

"Gloria a Dios en las alturas y en la tierra paz a los hombres en quienes él se complace."

Cuando los ángeles los dejaron y se fueron al cielo, los pastores se decían unos a otros:

"Vamos a Belén a ver lo que ha sucedido y el Señor nos ha manifestado."
Fueron a toda prisa y encontraron a María y a José, y al niño acostado en el pesebre. Al verlo, contaron lo que les habían dicho acerca de aquel niño; y todos los que lo oyeron se maravillaban de lo que los pastores les decían. María, por su parte, guardaba todas estas cosas y las meditaba en su corazón. Los pastores se volvieron glorificando y alabando a Dios por todo lo que habían oído y visto, tal como se les había dicho.”



1 Padre Nuestro, 10 Avemaría, 1 Gloria


Se rezan las siguientes jaculatorias
María es Madre de gracia y Madre de misericordia.
En la vida y en la muerte, ampáranos Madre Nuestra.

Sea amado y adorado en todo momento Jesús en el Santísimo Sacramento.

¡Oh Jesús mío perdona nuestros pecados, líbranos del fuego del Infierno, lleva al Cielo a todas las almas y especialmente a las más necesitadas de tu misericordia!

El Rosario de María nos libre de todo mal, alabemos noche y día a la Reina Celestial. Ven divina voluntad, ven a reinar en los corazones del mundo entero. Amén.

4.La Presentación de Jesús en el templo

(Lucas 2, 22-35) “Cuando se cumplieron los días en que debían purificarse, según la Ley de Moisés, llevaron a Jesús a Jerusalén para presentarle al Señor, como está escrito en la Ley del Señor: Todo varón primogénito será consagrado al Señor y para ofrecer en sacrificio un par de tórtolas o dos pichones, conforme a lo que se dice en la Ley del Señor.

Vivía entonces en Jerusalén un hombre llamado Simeón. Era un hombre justo y piadoso, y esperaba la consolación de Israel; y estaba en él el Espíritu Santo. El Espíritu Santo le había revelado que no vería la muerte antes de haber visto al Cristo del Señor. Movido por el Espíritu, vino al Templo; y cuando los padres introdujeron al niño Jesús, para cumplir lo que la Ley prescribía sobre él, le tomó en brazos y bendijo a Dios diciendo:

"Ahora, Señor, puedes, según tu palabra, dejar que tu siervo se vaya en paz;
porque han visto mis ojos tu salvación,
la que has preparado a la vista de todos los pueblos,
luz para iluminar a las gentes y gloria de tu pueblo Israel."

Su padre y su madre estaban admirados de lo que se decía de él. Simeón les bendijo y dijo a María, su madre:

"Éste está puesto para caída y elevación de muchos en Israel, y como signo de contradicción ¡y a ti misma una espada te atravesará el alma!- a fin de que queden al descubierto las intenciones de muchos corazones." ”



1 Padre Nuestro, 10 Avemaría, 1 Gloria


Se rezan las siguientes jaculatorias
María es Madre de gracia y Madre de misericordia.
En la vida y en la muerte, ampáranos Madre Nuestra.

Sea amado y adorado en todo momento Jesús en el Santísimo Sacramento.

¡Oh Jesús mío perdona nuestros pecados, líbranos del fuego del Infierno, lleva al Cielo a todas las almas y especialmente a las más necesitadas de tu misericordia!

El Rosario de María nos libre de todo mal, alabemos noche y día a la Reina Celestial. Ven divina voluntad, ven a reinar en los corazones del mundo entero. Amén.

5.El Niño Jesús perdido y hallado en el templo

(Lucas 2, 41-52) “Sus padres iban todos los años a Jerusalén a la fiesta de la Pascua. Cuando cumplió los doce años, subieron como de costumbre a la fiesta. Al volverse ellos pasados los días, el niño Jesús se quedó en Jerusalén, sin saberlo su padres. Creyendo que estaría en la caravana, hicieron un día de camino, y le buscaban entre los parientes y conocidos; pero, al no encontrarle, se volvieron a Jerusalén en su busca.

Al cabo de tres días, le encontraron en el Templo sentado en medio de los maestros, escuchándoles y haciéndoles preguntas; todos los que le oían, estaban estupefactos por su inteligencia y sus respuestas. Cuando le vieron quedaron sorprendidos y su madre le dijo:

"Hijo, ¿por qué nos has hecho esto? Mira, tu padre y yo, angustiados, te andábamos buscando."

Él les dijo:

"Y ¿por qué me buscabais? ¿No sabíais que yo debía estar en la casa de mi Padre?"

Pero ellos no comprendieron la respuesta que les dio.

Jesús volvió con ellos a Nazaret y vivió sujeto a ellos. Su madre conservaba cuidadosamente todas las cosas en su corazón.Jesús crecía en sabiduría, en estatura y en gracia ante Dios y ante los hombres.”



1 Padre Nuestro, 10 Avemaría, 1 Gloria


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María es Madre de gracia y Madre de misericordia.
En la vida y en la muerte, ampáranos Madre Nuestra.

Sea amado y adorado en todo momento Jesús en el Santísimo Sacramento.

¡Oh Jesús mío perdona nuestros pecados, líbranos del fuego del Infierno, lleva al Cielo a todas las almas y especialmente a las más necesitadas de tu misericordia!

El Rosario de María nos libre de todo mal, alabemos noche y día a la Reina Celestial. Ven divina voluntad, ven a reinar en los corazones del mundo entero. Amén.

2.Misterios Luminosos (Jueves)

1. El Bautismo de Jesús en el Jordán

(Mt 3,13-17) “Por entonces se presentó Jesús, que venía de Galilea al Jordán, a donde Juan, para ser bautizado por él. Pero Juan trataba de impedírselo y le decía:

«Soy yo el que necesita ser bautizado por ti, ¿y vienes tú donde mí?»

Jesús le respondió:

«Deja ahora, pues conviene que así cumplamos toda justicia ante Dios.» Entonces le dejó.

Una vez bautizado Jesús, salió del agua. En esto se abrieron los cielos y vio al Espíritu de Dios que bajaba como una paloma y venía sobre él. Y una voz que salía de los cielos decía: «Éste es mi Hijo amado, en quien me complazco.»”



1 Padre Nuestro, 10 Avemaría, 1 Gloria


Se rezan las siguientes jaculatorias
María es Madre de gracia y Madre de misericordia.
En la vida y en la muerte, ampáranos Madre Nuestra.

Sea amado y adorado en todo momento Jesús en el Santísimo Sacramento.

¡Oh Jesús mío perdona nuestros pecados, líbranos del fuego del Infierno, lleva al Cielo a todas las almas y especialmente a las más necesitadas de tu misericordia!

El Rosario de María nos libre de todo mal, alabemos noche y día a la Reina Celestial. Ven divina voluntad, ven a reinar en los corazones del mundo entero. Amén.

2.La Autorevelación de Jesús en las bodas de Caná

(Jn 2,1-11) “ Tres días después se celebraba una boda en Caná de Galilea, y estaba allí la madre de Jesús. Fueron invitados también a la boda Jesús y sus discípulos. Al quedarse sin vino, por haberse acabado el de la boda, le dijo a Jesús su madre:

«No tienen vino.»

Jesús le respondió:

«¿Qué tengo yo contigo, mujer? Todavía no ha llegado mi hora.»

Pero su madre dijo a los sirvientes:

«Haced lo que él os diga.»

Había allí seis tinajas de piedra, destinadas a las purificaciones de los judíos, de dos o tres medidas cada una. Jesús les dijo:

«Llenad las tinajas de agua.»

Ellos las llenaron hasta arriba. «Sacadlo ahora les dijo y llevadlo al maestresala.»

Ellos lo llevaron. Cuando el maestresala probó el agua convertida en vino, como ignoraba de dónde era (los sirvientes, los que habían sacado el agua, sí que lo sabían), llamó al novio y le dijo:

«Todos sirven primero el vino bueno, y cuando ya están bebidos, el inferior. Tú, en cambio, has reservado el vino bueno hasta ahora.»

Éste fue el comienzo de los signos que realizó Jesús, en Caná de Galilea; así manifestó su gloria y creyeron en él sus discípulos. ”



1 Padre Nuestro, 10 Avemaría, 1 Gloria


Se rezan las siguientes jaculatorias
María es Madre de gracia y Madre de misericordia.
En la vida y en la muerte, ampáranos Madre Nuestra.

Sea amado y adorado en todo momento Jesús en el Santísimo Sacramento.

¡Oh Jesús mío perdona nuestros pecados, líbranos del fuego del Infierno, lleva al Cielo a todas las almas y especialmente a las más necesitadas de tu misericordia!

El Rosario de María nos libre de todo mal, alabemos noche y día a la Reina Celestial. Ven divina voluntad, ven a reinar en los corazones del mundo entero. Amén.

3.El Anuncio del Reino de Dios invitando a la Conversión

(Mt 5,1-48) “Viendo a la muchedumbre, subió al monte* y se sentó. Sus discípulos se le acercaron. Entonces, tomando la palabra, les enseñaba así:

«Bienaventurados los pobres de espíritu, porque de ellos es el Reino de los Cielos.
Bienaventurados los mansos, porque ellos poseerán en herencia la tierra.
Bienaventurados los que lloran, porque ellos serán consolados.
Bienaventurados los que tienen hambre y sed de la justicia, porque ellos serán saciados.
Bienaventurados los misericordiosos, porque ellos alcanzarán misericordia.
Bienaventurados los limpios de corazón, porque ellos verán a Dios.
Bienaventurados los que trabajan por la paz, porque ellos serán llamados hijos de Dios.
Bienaventurados los perseguidos por causa de la justicia, porque de ellos es el Reino de los Cielos.

Bienaventurados seréis cuando os injurien y os persigan, y cuando, por mi causa, os acusen en falso de toda clase de males. Alegraos y regocijaos, porque vuestra recompensa será grande en los cielos; pues de la misma manera persiguieron a los profetas anteriores a vosotros.

«Vosotros sois la sal de la tierra. Mas si la sal se desvirtúa, ¿con qué se la salará? Ya no sirve para nada más que para ser tirada afuera y pisoteada por los hombres.

«Vosotros sois la luz del mundo. No puede ocultarse una ciudad situada en la cima de un monte. Ni tampoco se enciende una lámpara para ponerla debajo del celemín, sino en el candelero, para que alumbre a todos los que están en la casa. Brille así vuestra luz delante de los hombres, para que vean vuestras buenas obras y alaben a vuestro Padre que está en los cielos.

«No penséis que he venido a abolir la Ley y los Profetas. No he venido a abolirlos, sino a darles cumplimiento. Os aseguro que, mientras duren el cielo y la tierra, no dejará de estar vigente ni una i ni una tilde de la ley hasta que todo suceda. Por tanto, el que no dé importancia a uno de estos mandamientos más pequeños y así lo enseñe a los hombres, será el más pequeño en el Reino de los Cielos; en cambio, el que los observe y los enseñe, ése será grande en el Reino de los Cielos.

«Porque os digo que, si vuestra justicia no es mayor que la de los escribas y fariseos, no entraréis en el Reino de los Cielos.

«Habéis oído que se dijo a los antepasados: No matarás, pues el que mate será reo ante el tribunal. Pues yo os digo que todo aquel que se encolerice contra su hermano será reo ante el tribunal; el que llame a su hermano "imbécil" será reo ante el Sanedrín; y el que le llame ‘renegado’ será reo del fuego del infierno.

Entonces, si al momento de presentar tu ofrenda en el altar te acuerdas de que tu hermano tiene algo contra ti, deja tu ofrenda allí, delante del altar, y vete primero a reconciliarte con tu hermano. Luego vuelves y presentas tu ofrenda.

Ponte enseguida a buenas con tu adversario mientras vas con él de camino, no sea que tu adversario te entregue al juez y el juez al guardia, y te metan en la cárcel. Yo te aseguro que no saldrás de allí hasta que no hayas pagado el último céntimo.

«Habéis oído que se dijo: No cometerás adulterio. Pues yo os digo que todo el que mira con deseo a una mujer ya cometió adulterio con ella en su corazón.

Por tanto, si tu ojo derecho te es ocasión de tropiezo, sácatelo y arrójalo de ti; más te conviene que se pierda uno de tus miembros, que no que todo tu cuerpo sea arrojado a la Gehenna. Y si tu mano derecha te es ocasión de tropiezo, córtatela y arrójala de ti; te conviene que se pierda uno de tus miembros, antes que todo tu cuerpo vaya al infierno.

«También se dijo: El que repudie a su mujer, que le dé acta de divorcio. Pero yo os digo que todo aquel que repudia a su mujer excepto en caso de fornicación la hace ser adúltera; y el que se case con una repudiada comete adulterio.

«Habéis oído también que se dijo a los antepasados: No perjurarás, sino que cumplirás al Señor tus juramentos. Pues yo os digo que no juréis en modo alguno: ni por el Cielo, porque es el trono de Dios; ni por la Tierra, porque es el estrado de sus pies; ni por Jerusalén, porque es la ciudad del gran rey. Ni tampoco jures por tu cabeza, porque ni a uno solo de tus cabellos puedes hacerlo blanco o negro. Limitaos a decir: ‘Sí, sí’ ‘no, no’, pues lo que pasa de aquí proviene del Maligno.

«Habéis oído que se dijo: Ojo por ojo y diente por diente. Pues yo os digo que no resistáis al mal; antes bien, al que te abofetee en la mejilla derecha ofrécele también la otra; al que quiera pleitear contigo para quitarte la túnica déjale también el manto; y al que te obligue a andar una milla vete con él dos. A quien te pida da, y no vuelvas la espalda al que desee que le prestes algo.

«Habéis oído que se dijo: Amarás a tu prójimo y odiarás a tu enemigo. Pues yo os digo: Amad a vuestros enemigos y rogad por los que os persigan, para que seáis hijos de vuestro Padre celestial, que hace salir su sol sobre malos y buenos, y llover sobre justos e injustos. Porque si amáis a los que os aman, ¿qué recompensa vais a tener? ¿No hacen eso mismo también los publicanos? Y si no saludáis más que a vuestros hermanos, ¿qué hacéis de particular? ¿No hacen eso mismo también los paganos? Vosotros, pues, sed perfectos como es perfecto vuestro Padre del cielo.”



1 Padre Nuestro, 10 Avemaría, 1 Gloria


Se rezan las siguientes jaculatorias
María es Madre de gracia y Madre de misericordia.
En la vida y en la muerte, ampáranos Madre Nuestra.

Sea amado y adorado en todo momento Jesús en el Santísimo Sacramento.

¡Oh Jesús mío perdona nuestros pecados, líbranos del fuego del Infierno, lleva al Cielo a todas las almas y especialmente a las más necesitadas de tu misericordia!

El Rosario de María nos libre de todo mal, alabemos noche y día a la Reina Celestial. Ven divina voluntad, ven a reinar en los corazones del mundo entero. Amén.

4.La Transfiguración del Señor

(Mt 17,1-13) “ Seis días después, tomó Jesús consigo a Pedro, a Santiago y a su hermano Juan, y los llevó aparte, a un monte alto. Y se transfiguró delante de ellos: su rostro se puso brillante como el sol y sus vestidos se volvieron blancos como la luz. En esto, se les aparecieron Moisés y Elías, que conversaban con él. Tomó Pedro la palabra y dijo a Jesús:

«Señor, está bien que nos quedemos aquí. Si quieres, haré aquí tres tiendas, una para ti, otra para Moisés y otra para Elías.»

Todavía estaba hablando, cuando una nube luminosa los cubrió con su sombra, y salió de la nube una voz que decía: «Éste es mi Hijo amado, en quien me complazco; escuchadle.»

Al oír esto los discípulos, cayeron rostro en tierra llenos de miedo. Mas Jesús, acercándose a ellos, los tocó y dijo:

«Levantaos, no tengáis miedo.»

Ellos alzaron sus ojos y no vieron a nadie más que a Jesús.
Cuando bajaban del monte, Jesús les ordenó:

«No contéis a nadie la visión, hasta que el Hijo del hombre haya resucitado de entre los muertos.» Sus discípulos le preguntaron:

«¿Por qué, pues, dicen los escribas que Elías debe venir primero?»

Respondió él:

«Ciertamente, Elías ha de venir a restaurarlo todo. Os digo, sin embargo, que Elías vino ya, pero no le reconocieron, sino que hicieron con él cuanto quisieron. Así también el Hijo del hombre tendrá que padecer de parte de ellos.»

Entonces los discípulos entendieron que se refería a Juan el Bautista.”



1 Padre Nuestro, 10 Avemaría, 1 Gloria


Se rezan las siguientes jaculatorias
María es Madre de gracia y Madre de misericordia.
En la vida y en la muerte, ampáranos Madre Nuestra.

Sea amado y adorado en todo momento Jesús en el Santísimo Sacramento.

¡Oh Jesús mío perdona nuestros pecados, líbranos del fuego del Infierno, lleva al Cielo a todas las almas y especialmente a las más necesitadas de tu misericordia!

El Rosario de María nos libre de todo mal, alabemos noche y día a la Reina Celestial. Ven divina voluntad, ven a reinar en los corazones del mundo entero. Amén.

5.La Institución de la Santa Eucaristía

(Mt 26,26-29 - Juan 6,53-56) “Mientras estaban comiendo, tomó Jesús pan y lo bendijo, lo partió y, dándoselo a sus discípulos, dijo:

«Tomad, comed, éste es mi cuerpo.»

Tomó luego una copa y, después de dar las gracias, se la pasó diciendo:

«Bebed de ella todos, porque ésta es mi sangre de la Alianza, que es derramada por muchos para perdón de los pecados. Y os digo que desde ahora no beberé de este producto de la vid hasta el día aquel en que lo beba con vosotros, nuevo, en el Reino de mi Padre.»

Jesús les dijo:

«En verdad, en verdad os digo que si no coméis la carne del Hijo del hombre, y no bebéis su sangre, no tenéis vida en vosotros.
El que come mi carne y bebe mi sangre tiene vida eterna, y yo le resucitaré el último día. Porque mi carne es verdadera comida y mi sangre verdadera bebida. El que come mi carne y bebe mi sangre permanece en mí, y yo en él. ”



1 Padre Nuestro, 10 Avemaría, 1 Gloria


Se rezan las siguientes jaculatorias
María es Madre de gracia y Madre de misericordia.
En la vida y en la muerte, ampáranos Madre Nuestra.

Sea amado y adorado en todo momento Jesús en el Santísimo Sacramento.

¡Oh Jesús mío perdona nuestros pecados, líbranos del fuego del Infierno, lleva al Cielo a todas las almas y especialmente a las más necesitadas de tu misericordia!

El Rosario de María nos libre de todo mal, alabemos noche y día a la Reina Celestial. Ven divina voluntad, ven a reinar en los corazones del mundo entero. Amén.

3.Misterios Dolorosos (Martes Y Viernes)

1.La Oración de Jesús en el Huerto

(Lc 22,39-48) “Luego salió Jesús y, como de costumbre, fue al monte de los Olivos. Los discípulos le siguieron. Llegado al lugar, les dijo:

«Pedid que no caigáis en tentación.»

Se apartó de ellos como un tiro de piedra y, puesto de rodillas, oraba así: «Padre, si quieres, aparta de mí esta copa; pero no se haga mi voluntad, sino la tuya.»

Entonces se le apareció un ángel venido del cielo que le confortaba. Y sumido en agonía, insistía más en su oración.
Su sudor se hizo como gotas espesas de sangre que caían en tierra.

Levantándose de la oración, vino donde los discípulos y los encontró dormidos por la tristeza. Les dijo:

«¿Cómo es que estáis dormidos? Levantaos y orad para que no caigáis en tentación.»

Estaba todavía hablando, cuando se presentó un grupo, encabezado por el llamado Judas, uno de los Doce, que se acercó a Jesús para darle un beso.

Jesús le dijo:

«¡Judas, con un beso entregas al Hijo del hombre!» ”



1 Padre Nuestro, 10 Avemaría, 1 Gloria


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María es Madre de gracia y Madre de misericordia.
En la vida y en la muerte, ampáranos Madre Nuestra.

Sea amado y adorado en todo momento Jesús en el Santísimo Sacramento.

¡Oh Jesús mío perdona nuestros pecados, líbranos del fuego del Infierno, lleva al Cielo a todas las almas y especialmente a las más necesitadas de tu misericordia!

El Rosario de María nos libre de todo mal, alabemos noche y día a la Reina Celestial. Ven divina voluntad, ven a reinar en los corazones del mundo entero. Amén.

2.La Flagelación del Señor

(Mc 15,6-15) “Durante la Fiesta, Pilatos les concedía la libertad de un preso, el que pidieran. Había uno, llamado Barrabás, que estaba encarcelado con aquellos sediciosos que en el motín habían cometido un asesinato. Subió la gente* y se puso a pedir lo que les solía conceder. Pilato les contestó:

«¿Queréis que os suelte al rey de los judíos?»

(pues se daba cuenta de que los sumos sacerdotes lo habían entregado por envidia). Pero los sumos sacerdotes incitaron a la gente a que pidiesen más bien la libertad de Barrabás.

Pilato insistió:

«¿Y qué voy a hacer con el que llamáis el rey de los judíos?»

La gente volvió a gritar:

«¡Crucifícalo!»
Pilato les dijo:
«Pero ¿qué mal ha hecho?»
Mas ellos gritaron con más fuerza:
«¡Crucifícalo!»

Pilato, entonces, queriendo complacer a la gente, les soltó a Barrabás. Y a Jesús, después de azotarle, lo entregó para que fuera crucificado.”



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María es Madre de gracia y Madre de misericordia.
En la vida y en la muerte, ampáranos Madre Nuestra.

Sea amado y adorado en todo momento Jesús en el Santísimo Sacramento.

¡Oh Jesús mío perdona nuestros pecados, líbranos del fuego del Infierno, lleva al Cielo a todas las almas y especialmente a las más necesitadas de tu misericordia!

El Rosario de María nos libre de todo mal, alabemos noche y día a la Reina Celestial. Ven divina voluntad, ven a reinar en los corazones del mundo entero. Amén.

3.La Coronación de espinas

(Mt 27,27-31) “Entonces los soldados del procurador llevaron consigo a Jesús al pretorio y reunieron alrededor de él a toda la cohorte. Lo desnudaron y le echaron encima un manto de púrpura; trenzaron una corona de espinas y se la colocaron en la cabeza, y le pusieron en la mano derecha una caña; después, doblando la rodilla delante de él, le hacían burla, diciendo:

«¡Salve, Rey de los judíos!»

y, tras escupirle, cogieron la caña y le golpeaban en la cabeza. Cuando se hubieron burlado de él, le quitaron el manto, le pusieron sus ropas y lo llevaron a crucificarlo.”



1 Padre Nuestro, 10 Avemaría, 1 Gloria


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María es Madre de gracia y Madre de misericordia.
En la vida y en la muerte, ampáranos Madre Nuestra.

Sea amado y adorado en todo momento Jesús en el Santísimo Sacramento.

¡Oh Jesús mío perdona nuestros pecados, líbranos del fuego del Infierno, lleva al Cielo a todas las almas y especialmente a las más necesitadas de tu misericordia!

El Rosario de María nos libre de todo mal, alabemos noche y día a la Reina Celestial. Ven divina voluntad, ven a reinar en los corazones del mundo entero. Amén.

4.Jesús con la Cruz a cuestas

(Lc 23,26-31) “Cuando lo llevaban, echaron mano de un cierto Simón de Cirene, que venía del campo, y le cargaron la cruz para que la llevara detrás de Jesús.

Le seguía una gran multitud del pueblo y mujeres* que se dolían y se lamentaban por él. Jesús se volvió a ellas y les dijo:

«Hijas de Jerusalén, no lloréis por mí; llorad más bien por vosotras y por vuestros hijos. Porque llegarán días en que se dirá: ¡Dichosas las estériles, las entrañas que no engendraron y los pechos que no criaron! Entonces se pondrán a decir a los montes: ¡Caed sobre nosotros! Y a las colinas: ¡Sepultadnos! Porque si hacen esto con el leño verde, ¿qué no se hará con el seco? ”



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María es Madre de gracia y Madre de misericordia.
En la vida y en la muerte, ampáranos Madre Nuestra.

Sea amado y adorado en todo momento Jesús en el Santísimo Sacramento.

¡Oh Jesús mío perdona nuestros pecados, líbranos del fuego del Infierno, lleva al Cielo a todas las almas y especialmente a las más necesitadas de tu misericordia!

El Rosario de María nos libre de todo mal, alabemos noche y día a la Reina Celestial. Ven divina voluntad, ven a reinar en los corazones del mundo entero. Amén.

5.La Crucifixión del Señor

(Lc 23,32-46) “Llevaban además a otros dos malhechores para ejecutarlos con él. La Crucifixión*. Llegados al lugar llamado Calvario, lo crucificaron allí junto con los malhechores, uno a la derecha y otro a la izquierda. Jesús decía:
«Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen.»

Los soldados se repartieron sus vestidos, echándolos a suertes. Jesús en la cruz ultrajado. La gente estaba mirando. Los magisrados, por su parte, hacían muecas y decían:

«Ha salvado a otros; que se salve a sí mismo si es el Cristo de Dios, el Elegido.»

También los soldados se burlaban de él; se acercaban, le ofrecían vinagre y le decían:

«Si tú eres el rey de los judíos, ¡sálvate!»

Había encima de él una inscripción: «Éste es el rey de los judíos.»

Uno de los malhechores colgados le insultaba:

«¿No eres tú el Cristo? ¡Pues sálvate a ti y a nosotros!»

Pero el otro le increpó:

«¿Es que no temes a Dios, tú que sufres la misma condena? Y nosotros con razón, porque nos lo hemos merecido con nuestros hechos; en cambio éste nada malo ha hecho.»

Y le pedía:

«Jesús, acuérdate de mí cuando vengas con tu Reino.»

Jesús le contestó: «Te aseguro que hoy estarás conmigo en el Paraíso.»

Era ya cerca de la hora sexta, cuando se oscureció el sol y toda la tierra quedó en tinieblas hasta la hora nona. El velo del Santuario se rasgó por medio y Jesús, dando un fuerte grito, dijo:

«Padre, en tus manos pongo mi espíritu.» Y, dicho esto, expiró.”



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Se rezan las siguientes jaculatorias
María es Madre de gracia y Madre de misericordia.
En la vida y en la muerte, ampáranos Madre Nuestra.

Sea amado y adorado en todo momento Jesús en el Santísimo Sacramento.

¡Oh Jesús mío perdona nuestros pecados, líbranos del fuego del Infierno, lleva al Cielo a todas las almas y especialmente a las más necesitadas de tu misericordia!

El Rosario de María nos libre de todo mal, alabemos noche y día a la Reina Celestial. Ven divina voluntad, ven a reinar en los corazones del mundo entero. Amén.

4.Misterios Gloriosos (Miércoles Y Domingo)

1.La Resurrección del Señor

(Mc 16, 1-18) “Pasado el sábado, María Magdalena, María la de Santiago y Salomé compraron aromas para ir a embalsamarlo. Y muy de madrugada, el primer día de la semana, a la salida del sol, fueron al sepulcro. Se decían unas a otras:

«¿Quién nos retirará la piedra de la puerta del sepulcro?»

Pero, al alzar la mirada, vieron que la piedra estaba ya retirada; y eso que era muy grande. Al entrar en el sepulcro, vieron a un joven sentado en el lado derecho, vestido con una túnica blanca, y se asustaron. Pero él les dijo:

«No os asustéis; sé que buscáis a Jesús de Nazaret, el Crucificado. Pero ha resucitado, ya no está aquí. Ved el lugar donde lo pusieron. Id, sin embargo, a decir a sus discípulos y a Pedro que irá delante de vosotros a Galilea; allí lo veréis, como os dijo.»

Ellas salieron huyendo del sepulcro, pues un gran temblor y espanto se había apoderado de ellas. Y no dijeron nada a nadie, porque tenían miedo.

Jesús resucitó en la madrugada, el primer día de la semana, y se apareció primero a María Magdalena, de la que había echado siete demonios. Ella fue a comunicar la noticia a los que habían vivido con él, que estaban tristes y llorosos. Ellos, al oír que vivía y que había sido visto por ella, no lo creyeron.

Después de esto, se apareció, bajo otra figura, a dos de ellos, cuando iban de camino a una aldea. Ellos volvieron a comunicárselo a los demás; pero tampoco creyeron a éstos.

Por último, estando a la mesa los once discípulos, se les apareció y les echó en cara su incredulidad y su cerrazón de mente, por no haber creído a quienes le habían visto resucitado. Luego les dijo: «Id por todo el mundo y proclamad la Buena Nueva a toda la creación. El que crea y sea bautizado, se salvará; el que no crea, se condenará. Éstos son los signos que acompañarán a los que crean: en mi nombre expulsarán demonios, hablarán en lenguas nuevas, agarrarán serpientes en sus manos y, aunque beban veneno, no les hará daño; impondrán las manos sobre los enfermos y se pondrán bien.»”



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María es Madre de gracia y Madre de misericordia.
En la vida y en la muerte, ampáranos Madre Nuestra.

Sea amado y adorado en todo momento Jesús en el Santísimo Sacramento.

¡Oh Jesús mío perdona nuestros pecados, líbranos del fuego del Infierno, lleva al Cielo a todas las almas y especialmente a las más necesitadas de tu misericordia!

El Rosario de María nos libre de todo mal, alabemos noche y día a la Reina Celestial. Ven divina voluntad, ven a reinar en los corazones del mundo entero. Amén.

2.La Ascensión del Señor al Cielo

(Hch 1,3-11) “A estos mismos , después de su pasión, se les presentó dándoles pruebas de que vivía, dejándose ver de ellos durante cuarenta días y hablándoles del Reino de Dios.

Mientras estaba comiendo con ellos, les ordenó: «No os vayáis de Jerusalén, sino aguardad la Promesa del Padre, que oísteis de mí. Porque Juan bautizó con agua, pero vosotros seréis bautizados con Espíritu Santo dentro de pocos días.»

Ellos, en cambio, estando reunidos, preguntaron a Jesús:

«Señor, ¿va a ser ahora cuando restablezcas el Reino a Israel?»

Él les contestó: «No es cosa vuestra conocer el tiempo y el momento que el Padre ha fijado con su propia autoridad; al contrario, cuando el Espíritu Santo venga sobre vosotros, recibiréis una fuerza que os hará ser mis testigos en Jerusalén, en toda Judea y Samaría, y hasta los confines de la tierra».

Dicho esto, fue levantado en presencia de ellos, y una nube lo ocultó a sus ojos. Mientras ellos estaban mirando fijamente al cielo, viendo cómo se iba, se les presentaron de pronto dos hombres vestidos de blanco que les dijeron:

«Galileos, ¿por qué permanecéis mirando al cielo? Este Jesús, que de entre vosotros ha sido llevado al cielo, volverá tal como lo habéis visto marchar». ”



1 Padre Nuestro, 10 Avemaría, 1 Gloria


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María es Madre de gracia y Madre de misericordia.
En la vida y en la muerte, ampáranos Madre Nuestra.

Sea amado y adorado en todo momento Jesús en el Santísimo Sacramento.

¡Oh Jesús mío perdona nuestros pecados, líbranos del fuego del Infierno, lleva al Cielo a todas las almas y especialmente a las más necesitadas de tu misericordia!

El Rosario de María nos libre de todo mal, alabemos noche y día a la Reina Celestial. Ven divina voluntad, ven a reinar en los corazones del mundo entero. Amén.

3.La Venida del Espíritu Santo

(Hch 2,1-13) “Al llegar el día de Pentecostés, estaban todos reunidos con un mismo objetivo. De repente vino del cielo un ruido como una impetuosa ráfaga de viento, que llenó toda la casa en la que se encontraban. Se les aparecieron unas lenguas como de fuego que se repartieron y se posaron sobre cada uno de ellos. Entonces quedaron todos llenos de Espíritu Santo y se pusieron a hablar en diversas lenguas, según el Espíritu les concedía expresarse.

Residían en Jerusalén hombres piadosos, venidos de todas las naciones que hay bajo el cielo. Al producirse aquel ruido, la gente se congregó y se llenó de estupor, porque cada uno les oía hablar en su propia lengua. Estupefactos y admirados, decían:

«¿Acaso no son galileos todos estos que están hablando? Pues ¿cómo cada uno de nosotros les oímos en nuestra propia lengua nativa? Aquí estamos partos, medos y elamitas; hay habitantes de Mesopotamia, Judea, Capadocia, el Ponto, Asia, Frigia, Panfilia, Egipto y la parte de Libia fronteriza con Cirene; también están los romanos residentes aquí, tanto judíos como prosélitos, cretenses y árabes. ¿Cómo es posible que les oigamos proclamar en nuestras lenguas las maravillas de Dios?»

Todos estaban estupefactos y perplejos, y se decían unos a otros:
«¿Qué significa esto?»
Otros, en cambio, decían riéndose:
«¡Están repletos de vino!»”



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María es Madre de gracia y Madre de misericordia.
En la vida y en la muerte, ampáranos Madre Nuestra.

Sea amado y adorado en todo momento Jesús en el Santísimo Sacramento.

¡Oh Jesús mío perdona nuestros pecados, líbranos del fuego del Infierno, lleva al Cielo a todas las almas y especialmente a las más necesitadas de tu misericordia!

El Rosario de María nos libre de todo mal, alabemos noche y día a la Reina Celestial. Ven divina voluntad, ven a reinar en los corazones del mundo entero. Amén.

4.La Asunción de la Virgen María al Cielo

(Ct 2,3-14) “Mi amado es, entre los hombres,
como un manzano entre los árboles del bosque.

¡Qué agradable es sentarme a su sombra!
¡Qué dulce me sabe su fruta!
Me llevó a la sala de banquetes
y sus miradas para mí fueron de amor.

¡Reanímenme con tortas de pasas,
aliméntenme con manzanas,
porque me muero de amor! ¡Que ponga él su izquierda bajo mi cabeza,
y que con su derecha me abrace!

Prométanme, mujeres de Jerusalén,
por las gacelas y cervatillas del bosque,
no interrumpir el sueño de mi amor.
¡Déjenla dormir hasta que quiera despertar!

¡Ya viene mi amado!
¡Ya escucho su voz!
Viene saltando sobre los montes,
viene saltando por las colinas.
Mi amado es como un venado:
como un venado pequeño.
¡Aquí está ya, tras la puerta,
asomándose a la ventana, espiando a través de la reja!

Mi amado me dijo:
«Levántate, amor mío;
anda, cariño, vamos.
¡Mira! El invierno ha pasado
y con él se han ido las lluvias.
Ya han brotado flores en el campo,
ya ha llegado el tiempo de cantar,
ya se escucha en nuestra tierra
el arrullo de las tórtolas.
Ya tiene higos la higuera,
y los viñedos esparcen su aroma.

»Levántate, amor mío;
anda, cariño, vamos.

»Paloma mía, que te escondes en las rocas,
en altos y escabrosos escondites,
déjame ver tu rostro,
déjame escuchar tu voz.
¡Es tan agradable el verte!
¡Es tan dulce el escucharte!» ”



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María es Madre de gracia y Madre de misericordia.
En la vida y en la muerte, ampáranos Madre Nuestra.

Sea amado y adorado en todo momento Jesús en el Santísimo Sacramento.

¡Oh Jesús mío perdona nuestros pecados, líbranos del fuego del Infierno, lleva al Cielo a todas las almas y especialmente a las más necesitadas de tu misericordia!

El Rosario de María nos libre de todo mal, alabemos noche y día a la Reina Celestial. Ven divina voluntad, ven a reinar en los corazones del mundo entero. Amén.

5.La Coronación de la Santísima Virgen María

(Ap 12,1; Cant 6,10) “Apareció en el cielo una gran señal: una mujer envuelta en el sol como en un vestido, con la luna bajo sus pies y una corona de doce estrellas en la cabeza. La mujer estaba encinta, y gritaba por los dolores del parto, por el sufrimiento de dar a luz.

¿Quién es ésta que se asoma como el sol en la mañana? Es hermosa como la luna, radiante como el sol, ¡imponente como un ejército en marcha!”



1 Padre Nuestro, 10 Avemaría, 1 Gloria


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En la vida y en la muerte, ampáranos Madre Nuestra.

Sea amado y adorado en todo momento Jesús en el Santísimo Sacramento.

¡Oh Jesús mío perdona nuestros pecados, líbranos del fuego del Infierno, lleva al Cielo a todas las almas y especialmente a las más necesitadas de tu misericordia!

El Rosario de María nos libre de todo mal, alabemos noche y día a la Reina Celestial. Ven divina voluntad, ven a reinar en los corazones del mundo entero. Amén.

6.Oraciones Finales

Un Padrenuestro, un Avemaría y un Gloria por las intenciones del Santo Padre Francisco y para ganar las indulgencias de este Santo Rosario.

Almas Benditas del Purgatorio quién las pudiera aliviar, que Dios las saque de penas y las lleve a descansar.
Padre nuestro y Avemaría

Concédele Señor, el descanso eterno y brille para ellas la luz perpetua. Que las almas de los fieles difuntos por la misericordia de Dios, descansen el paz. Amén

La Salve
Dios te salve, Reina y Madre, Madre de misericordia, vida, dulzura y esperanza nuestra. Dios te salve a ti clamamos los desterrados hijos de Eva; a ti suspiramos gimiendo y llorando en este valle de lágrimas. ¡Ea, pues, Señora abogada nuestra! Vuelve a nosotros esos tus ojos misericordiosos, y después de este destierro, muéstranos a Jesús, fruto bendito de tu vientre. ¡Oh clemente! ¡Oh piadosa! ¡Oh dulce Virgen María!
Ruega por nosotros, Santa Madre de Dios, para que seamos dignos de alcanzar las promesas de Nuestro Señor Jesucristo Amén.

Oración a San José
San José, que tu poder se extienda sobre todas nuestras necesidades, tú puedes hacer posible lo que parece imposible. Protege con paternal amor todas nuestras familias e intereses. Amén. San José, Padre adoptivo de Nuestro Señor Jesucristo y verdadero esposo de la Santísima Virgen María, ruega por nosotros y por los agonizantes de esta noche. Amén. San José varón prudente y justo, intercede por nosotros ante el Santo de los Santos, La Trinidad Santísima. Amén.

Oración a San Miguel Arcángel
San Miguel Arcángel defiéndenos en la pelea. Sé nuestro amparo contra la maldad y las asechanzas del demonio. ¡Reprímele Oh Dios como rendidamente te lo suplicamos! Y tú, Príncipe de las Milicias Celestiales, armado del Poder Divino, Precipita al Infierno a Satanás y todos los espíritus malignos que para la perdición de las almas, vagan por el mundo. San Miguel Arcángel, con tu luz ilumínanos, San Miguel Arcángel con tus alas protégenos, San Miguel Arcángel con tu espada defiéndenos. Amén.

Oración al Ángel de la guarda
Santo Ángel de mi guarda, mi dulce compañía, no me desampares ni de noche ni de día, hasta que me pongas en el cielo en paz y alegría, junto con todos los santos, con Jesús, José y María a quienes doy el corazón y el alma mía. Amén.

Bendición final
Contigo voy virgen pura y en tu poder voy confiado, pues yendo en ti amparado mi alma volverá segura. Dulce Madre, no te alejes, tu vista de nosotros no apartes; ven con nosotros a todas partes y solos nunca nos dejes y ya que nos amas tanto como verdadera madre haz que nos bendiga el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo. Amén.

El Ángelus

Devoción Mariana

El Ángel del Señor anunció a María
R/ y concibió del Espíritu Santo.
Avemaría

He aquí la esclava del Señor
R/ Hágase en mí según tu palabra.
Avemaría

Y el Verbo se hizo Carne
R/ Y habitó entre nosotros.
Avemaría

Ruega por nosotros, Santa Madre de Dios
R/ Para que seamos dignos de las promesas de Cristo.

Oremos: Derrama, Señor, tu gracia sobre nosotros, que, por el anuncio del Ángel, hemos conocido la encarnación de tu Hijo, para que lleguemos, por su pasión y su cruz, a la gloria de la resurrección. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén

Se puede finalizar con alguna invocación a la Virgen.

Regina Coeli

Devoción Mariana, Durante el Tiempo Pascual sustituye al Angelus.

Alégrate. Reina del Cielo,
R: Aleluya.

Porque Aquel a quien mereciste llevar en tu seno,
R: Aleluya.

Ha resucitado como lo había dicho,
R: Aleluya.

Intercede por nosotros ante Dios,
R: Aleluya.

Gózate y alégrate, María Virgen, aleluya.
R: Porque en verdad el Señor ha resucitado, aleluya.

Oremos: Oh Dios que por la Resurrección de tu Hijo, nuestro Señor Jesucristo, te has dignado dar la alegría al mundo, concédenos por su Madre, la Virgen María, alcanzar el gozo de la vida eterna. Por el mismo Jesucristo Nuestro Señor. R. Amén.

Consagración a María

Devoción Mariana

Oh, señora y Madre mía,
con filial cariño vengo
a ofrecerte en este día
cuanto soy y cuanto tengo:

Mis ojos para mirarte,
mi voz para bendecirte,
mi vida para servirte,
mi corazón para amarte.

Acepta, Madre, este don
que te ofrenda mi cariño
y guárdame como a un niño
cerca de tu corazón.
Dios Te Salve Maria ...

Consagración a María 2

Devoción Mariana

Oh María, Madre de Cristo y Madre de los sacerdotes: me consagro a ti abandonando en tus manos de madre toda mi existencia.

Te entrego toda mi alma. Dígnate aceptarla para modelarla según el modelo de tu Hijo Jesucristo, único Sacerdote.

Hago esta consagración con corazón de hijo, con el deseo de pertenecer más enteramente a Dios. Te ofrezco la posesión de mí mismo para que tú adhieras todo mi ser al Señor. Me comprometo al camino de tu Hijo: el del amor que se entrega sin límites, el de la fatiga apostólica y la santidad sacerdotal. Acepto por anticipado todas las renuncias que lleva consigo y prometo, con la gracia de Dios aceptar gustoso todas la exigencias de esta entrega total y gastarme hasta dar la vida por el bien de los hombres.

Madre Santísima, al ofrecerme a ti, te confío todo lo que poseo y todo lo que soy, todo lo que el Señor me ha dado. Custódiame en tu el seno de Madre y en el de la Iglesia.

Te entrego mi inteligencia, para que se llene, como la tuya del misterio de Cristo y sepa dejarse guiar por la Palabra de Dios.

Te entrego mi corazón para que lo transformes a imagen del Corazón del Buen Pastor y lo llenes de celo y un inmenso amor, sincero y generoso, que no se busque nunca a sí mismo y viva la comunión y la fraternidad.

Te entrego mi cuerpo y mis sentidos, para vivir siempre en pureza y con un corazón indiviso y unido a Cristo.

Te entrego mi libertad, para que se libere de la servidumbre del pecado y escoja siempre lo que más agrade a Dios en una obediencia sin reservas a mis superiores y una colaboración leal con mis compañeros.

Te entrego mis deseos y mis esperanzas, para que, fijos enteramente en el Señor, sean colmados en plenitud.

Te entrego mis penas y mis alegrías, para que sean transformadas en la pena y la alegría del Redentor. Dame tener los mismo sentimientos de Cristo Jesús y que solo me consuele en sus consuelos.

Te entrego mi vocación. Cuida de ella y acompáñame en toda mi formación y mi ministerio.

¡Se tú la Reina de mi vida, gobierna todo lo mío para que todo sea del Señor!. Amén.
¡Nuestra Señora de los Apóstoles, ruega por nosotros!

Consagración De Sí Mismo A Jesucristo La Sabiduría Encarnada Por Medio De María

Devoción Mariana

Oh Jesús, sabiduría eterna y encarnada, te adoro en la gloria del Padre, durante la eternidad, y en el seno virginal de María, en el tiempo de tu Encarnación.

te agradezco que hayas venido al mundo, hombre entre los hombres y servidor del Padre para librarme de la esclavitud del pecado.

Te alabo y glorifico porque has vivido en obediencia amorosa a María para hacerme fiel discípulo tuyo.

Desgraciadamente no he guardado las promesas y compromisos de mi bautismo. No soy digno de llamarme hijo de Dios.

Por ello, acudo a la misericordiosa, Intercesión de tu Madre, esperando obtener por su ayuda el perdón de mis pecados y una continúa comunión contigo, Sabiduría Encarnada.

Te saludo, pues, oh María Inmaculada templo viviente de Dios; en ti ha puesto su morada la sabiduría eterna para recibir la adoración de los ángeles y de los hombres. Te saludo, oh reina del Cielo y de la tierra; A ti están sometidas todas las creaturas, ¡Todos experimentan tu gran misericordia!

Acepta los anhelos que tengo de la divina Sabiduría y mi consagración total. Conciente de mi vocación cristiana renuevo hoy en tus manos mis compromisos bautismales.

Renuncio para siempre a Satanás, a sus seducciones y a sus obras y me consagro a Jesucristo para llevar mi cruz con Él, en la fidelidad de cada día a la voluntad del Padre.

En presencia de toda la iglesia, te reconozco ahora, por mi Madre y Soberana; te ofrezco y consagro mi persona, mi vida y el valor de mis buenas acciones pasadas, presentes y futuras; dispón de mí y de cuanto me pertenece para la mayor gloria de Dios en el tiempo y en la eternidad.

Madre del Señor, acepta mi oblación y preséntala a tu hijo: si Él me redimió con tu colaboración, debe ahora recibir de tu mano el don total de mí mismo. Que yo viva plenamente esta consagración para prolongar en mí la amorosa obediencia de tu Hijo y dar respuesta vital a la misión que Dios te ha confiado en la historia de la salvación.

Madre de Misericordia alcánzame la verdadera Sabiduría de Dios y hazme plenamente disponible a tu acción maternal.

Oh Virgen fiel, haz de mí un auténtico discípulo de tu hijo, la Sabiduría Encarnada. Contigo, Madre y modelo de mi vida, llegaré a la perfecta madurez de Jesucristo, en la tierra y a la gloria del cielo. Amén.

Oración De Confianza

Devoción Mariana

Acepta querida Madre y Reina mía toda mi persona y cuanto con la gracia de tu querido Hijo he podido hacer de bueno.

Yo mismo no soy capaz de conservarlo, dadas mis debilidades e inconstancia y la forma en que me combaten continuamente mis enemigos espirituales.

Veo, todos los días, caer por tierra los cedros del Líbano, y convertirse en aves nocturnas las águilas que volaban en torno al sol.

Mil justos caen a mi izquierda; diez mil a mi derecha… (Salmo 90,7) Más yo confío en ti mi poderosa y más que poderosa Madre: tenme, que no caiga; conserva mis bienes, que no me saqueen; protege en mí la vida divina.

¡Defiende a quien a ti se ha consagrado! Yo te conozco bien y en ti confío: eres la Virgen fiel a Dios y a los hombres, que no dejas perder nada de cuanto a ti se confía; eres la Virgen poderosa: nadie podrá hacerte daño ni perjudicar tampoco a los que tú amas. Amén.

Magníficat

Devoción Mariana

Proclama mi alma la grandeza del Señor,
se alegra mi espíritu en Dios, mi salvador;
porque ha mirado la humillación de su esclava.

Desde ahora me felicitarán todas las generaciones
porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mí:
su nombre es santo,
y su misericordia llega a sus fieles
de generación en generación.

El hace proezas con su brazo:
dispersa a los soberbios de corazón,
derriba del trono a los poderosos
y enaltece a los humildes,
a los hambrientos los colma de bienes
y a los ricos los despide vacíos.

Auxilia a Israel, su siervo,
acordándose de la misericordia
como lo había prometido a nuestros padres
en favor de Abraham y su descendencia por siempre.
Amén.

Bajo tu amparo

Devoción Mariana

Bajo tu amparo nos acogemos, Santa Madre de Dios,no desprecies las súplicas que te dirigimos en nuestras necesidades, antes bien, líbranos siempre de todos los peligros, oh Virgen gloriosa y bendita.

V. Ruega por nosotros, Santa Madre de Dios.
R. Para que seamos dignos de alcanzar las promesas de Nuestro Señor Jesucristo.
Amén."

Bendita María

Devoción Mariana

Bendita eres María
llena de gracia y amor,
ruega por nosotros los hijos de Dios;
que vivamos contigo
para dar a luz a Jesús;
y vivamos inmolados como Tú,
procurando la salvación del Señor
intimando y viviendo, según el Espíritu de Dios.
Amén.

Préstame Madre

Devoción Mariana

Préstame Madre tus pensamientos, e ilumina mi mente con la luz de tu sabiduría.
Préstame Madre tus ojos, para con ellos mirar, si con ellos miro, nunca volveré a pecar
Préstame Madre tus labios, para con ellos orar, si con ellos oro Jesús me podrá escuchar.
Préstame Madre tu lengua, para poder comulgar, pues es tu lengua materna de amor y santidad.
Préstame Madre tu corazón, para poder perdonar y cambiar mi corazón de roca por uno celestial.
Préstame Madre tus manos, para poder trabajar, si con ellos trabajo, rendirá una y mil veces más.
Préstame Madre tu manto, para esconder mi maldad, pues cubierta con tu manto al cielo he de llegar.
Préstame Madre a tu Hijo, para poderle yo amar, y esa será mi dicha para toda la eternidad.
Amén.

A María

Devoción Mariana

¡Oh María, Hija predilecta del Padre, Madre admirable del Hijo, esposa fidelísima del Espíritu Santo!
Tú eres mi Madre espiritual mi admirable maestra y soberana, mi gozo, mi corona, mi corazón y mi alma.

Tú eres toda mía, por bondad del Señor y yo te pertenezco por justicia.

Más, aún no soy tuyo cuanto debo: por ello, hoy me consagro a ti en disponibilidad plena y eterna, comprometiéndome a arrancar de mí cuanto desagrada a mi Dios y a plantar, levantar y producir todo lo que tú quieras. Que la luz de tu fe disipe las tinieblas de mi espíritu, que tu humildad profunda sustituya mi orgullo, que tu contemplación contenga a mi alocada fantasía, que tu visión no interrumpida de Dios llene con su presencia mi memoria; Que el fuego de tu ardiente caridad incendie la tibieza y frialdad de mi pecho; Que mis pecados cedan el paso a tus virtudes y el fulgor de tu gracia me acompañe al encuentro con Dios.

Madre mía amadísima, alcánzame la gracia de no tener más espíritu que el tuyo para conocer a Jesús y su evangelio, más alma que la tuya para alabar y glorificar al Señor, más corazón que el tuyo para amar a Dios como tú lo amas.

No te pido visiones, ni revelaciones, ni gustos, ni consuelos aún espirituales.

Para ti el ver claro sin tinieblas ni dudas,
Para ti el saborear el gozo pleno,
Para ti el triunfar junto a tu Hijo,
Para ti el dominar el cielo y la tierra y humillar los poderes del maligno.
Para ti el difundir como tú quieras los dones del Altísimo.
Esta es tu mejor parte que no te será nunca arrebatada y me llena de gozo el corazón.

Para mí solamente gozarme en tu alegría, de seguirte en tu camino: Creer confiado solamente en Dios, sufrir con alegría cerca a Cristo, morir al egoísmo cada día, colaborar contigo para salvar al mundo.

Te pido solamente poder decirte tres veces Amén, en todos los momentos de mi vida:
Amén a cuanto hiciste en este mundo,
Amén a cuanto hoy haces en el cielo,
Amén a cuanto ahora haces en mi alma,
Para que en ella Cristo sea glorificado en plenitud, en el tiempo y en la eternidad. Amén

Dulzura De Los Ángeles

Devoción Mariana

Dulzura de los ángeles, alegría de los afligidos, abogada de los cristianos, Virgen madre del Señor, protégeme y sálvame de los sufrimientos eternos.

María, purísimo incensario de oro, que ha contenido a la Trinidad excelsa; en ti se ha complacido el Padre, ha habitado el Hijo, y el Espíritu Santo, que cubriéndote con su sombra, Virgen, te ha hecho madre de Dios.

Nosotros nos alegramos en ti, Theotókos; tú eres nuestra defensa ante Dios. Extiende tu mano invencible y aplasta a nuestros enemigos. Manda a tus siervos el socorro del cielo.

Ave Maris Stella

Devoción Mariana

Oh Santa María
De mares estrella,
Virgen de Dios Madre
Y del cielo puerta
Retomando el ave
Que Gabriel te diera,
La paz corrobora
Cambia el nombre de Eva.

Al ciego ilumina
Y libra al cautivo,
Ahuyenta los males
Da bienes divinos.

Haz ver que eres Madre
Por ti nuestras preces
Reciba el que es tuyo
Y ser nuestro quiere.

Bendita Señora
La más dulce y buena:
Borrando el pecado,
Endulza las penas.

Danos vida santa
Y recto camino,
Para que en el cielo
Veamos a tu Hijo.

Gloria al Padre Eterno
Gloria a Jesucristo,
Gloria al Santo Espíritu
Y Gloria a los tres.
Amén.

Siete Dolores De María

Devoción Mariana

Primer Dolor

La profecía de Simeón en la presentación del Niño Jesús

Virgen María: por el dolor que sentiste cuando Simeón te anunció que una espada de dolor atravesaría tu alma, por los sufrimientos de Jesús, y ya en cierto modo te manifestó que tu participación en nuestra redención sería a base de dolor; te acompañamos en este dolor... Y, por los méritos del mismo, haz que seamos dignos hijos tuyos y sepamos imitar tus virtudes.

Dios te salve María, llena eres de gracia, El Señor es contigo, bendita tu eres entre todas las mujeres, y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús. Santa María Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte, Amén.

Segundo Dolor

La huida a Egipto con Jesús y José

Virgen María: por el dolor que sentiste cuando tuviste que huir precipitadamente tan lejos, pasando grandes penalidades, sobre todo al ser tu Hijo tan pequeño; al poco de nacer, ya era perseguido de muerte el que precisamente había venido a traernos vida eterna; te acompañamos en este dolor . . . Y, por los méritos del mismo, haz que sepamos huir siempre de las tentaciones del demonio.

Dios te salve María, llena eres de gracia, El Señor es contigo, bendita tu eres entre todas las mujeres, y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús. Santa María Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte, Amén.

Tercer Dolor

La pérdida de Jesús

Virgen María: por las lágrimas que derramaste y el dolor que sentiste al perder a tu Hijo; tres días buscándolo angustiada; pensarías qué le habría podido ocurrir en una edad en que todavía dependía de tu cuidado y de San José; te acompañamos en este dolor . . . Y, por los méritos del mismo, haz que los jóvenes no se pierdan por malos caminos.

Dios te salve María, llena eres de gracia, El Señor es contigo, bendita tu eres entre todas las mujeres, y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús. Santa María Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte, Amén.

Cuarto Dolor

El encuentro de Jesús con la cruz a cuestas camino del calvario

Virgen María: por las lágrimas que derramaste y el dolor que sentiste al ver a tu Hijo cargado con la cruz, como cargado con nuestras culpas, llevando el instrumento de su propio suplicio de muerte; Él, que era creador de la vida, aceptó por nosotros sufrir este desprecio tan grande de ser condenado a muerte y precisamente muerte de cruz, después de haber sido azotado como si fuera un malhechor y, siendo verdadero Rey de reyes, coronado de espinas; ni la mejor corona del mundo hubiera sido suficiente para honrarle y ceñírsela en su frente; en cambio, le dieron lo peor del mundo clavándole las espinas en la frente y, aunque le ocasionarían un gran dolor físico, aún mayor sería el dolor espiritual por ser una burla y una humillación tan grande; sufrió y se humilló hasta lo indecible, para levantarnos a nosotros del pecado; te acompañamos en este dolor . . . Y, por los méritos del mismo, haz que seamos dignos vasallos de tan gran Rey y sepamos ser humildes como Él lo fue.

Dios te salve María, llena eres de gracia, El Señor es contigo, bendita tu eres entre todas las mujeres, y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús. Santa María Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte, Amén.

Quinto Dolor

La crucifixión y la agonía de Jesús

Virgen María: por las lágrimas que derramaste y el dolor que sentiste al ver la crueldad de clavar los clavos en las manos y pies de tu amadísimo Hijo, y luego al verle agonizando en la cruz; para darnos vida a nosotros, llevó su pasión hasta la muerte, y éste era el momento cumbre de su pasión; Tú misma también te sentirías morir de dolor en aquel momento; te acompañamos en este dolor. Y, por los méritos del mismo, no permitas que jamás muramos por el pecado y haz que podamos recibir los frutos de la redención.

Dios te salve María, llena eres de gracia, El Señor es contigo, bendita tu eres entre todas las mujeres, y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús. Santa María Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte, Amén.

Sexto Dolor

La lanzada y el recibir en brazos a Jesús ya muerto

Virgen María: por las lágrimas que derramaste y el dolor que sentiste al ver la lanzada que dieron en el corazón de tu Hijo; sentirías como si la hubieran dado en tu propio corazón; el Corazón Divino, símbolo del gran amor que Jesús tuvo ya no solamente a Ti como Madre, sino también a nosotros por quienes dio la vida; y Tú, que habías tenido en tus brazos a tu Hijo sonriente y lleno de bondad, ahora te lo devolvían muerto, víctima de la maldad de algunos hombres y también víctima de nuestros pecados; te acompañamos en este dolor... Y, por los méritos del mismo, haz que sepamos amar a Jesús como El nos amo.

Dios te salve María, llena eres de gracia, El Señor es contigo, bendita tu eres entre todas las mujeres, y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús. Santa María Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte, Amén.

Séptimo Dolor

El entierro de Jesús y la soledad de María

Virgen María: por las lágrimas que derramaste y el dolor que sentiste al enterrar a tu Hijo; El, que era creador, dueño y señor de todo el universo, era enterrado en tierra; llevó su humillación hasta el último momento; y aunque Tú supieras que al tercer día resucitaría, el trance de la muerte era real; te quitaron a Jesús por la muerte más injusta que se haya podido dar en todo el mundo en todos los siglos; siendo la suprema inocencia y la bondad infinita, fue torturado y muerto con la muerte más ignominiosa; tan caro pagó nuestro rescate por nuestros pecados; y Tú, Madre nuestra adoptiva le acompañaste en todos sus sufrimientos: y ahora te quedaste sola, llena de aflicción; te acompañamos en este dolor . . . Y, por los méritos del mismo, concédenos a cada uno de nosotros la gracia particular que te pedimos… 

Dios te salve María, llena eres de gracia, El Señor es contigo, bendita tu eres entre todas las mujeres, y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús. Santa María Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte, Amén.

Ave María De Oro

Devoción Mariana

Ave, María!
¡Blanco Lirio de la Gloriosa
y siempre Serena Trinidad!
¡Salve, Brillante Rosa del Jardín
de los Deleites Celestiales!
¡Oh, Tú, de Quien Dios quiso nacer en este mundo,
y de cuya Leche el Rey del Cielo quiso ser nutrido!
Alimenta nuestras almas con las efusiones
de la Gracia Divina.
Amén.

La Flor Del Carmelo

Devoción Mariana

¡ Oh Bellísima Flor del Carmelo, Fructífera Viña, Resplandor del Cielo, Madre Singular del Hijo de Dios, Virgen Siempre Pura !

Madre Santísima, después de habernos traído el Hijo de Dios, permanecísteis intacta y sin mancha ninguna.

¡ Oh Bienavernturada Siempre Virgen, asistídme en esta necesidad !

¡ Oh Estrella del Mar, auxiliad y protegédme !

¡ Oh María, sin pecado concebida, rogad por nosotros que recurrimos a vos !
¡ Madre y Ornamento del Carmelo, rogad por nosotros !
¡Virgen, Flor del Carmelo, rogad por nosotros!
¡ Patrona de los que visten el Santo Escapulario, rogad por nosotros !
¡ San José, fiel Amigo del Sagrado Corazón, rogad por nosotros !
¡ San José, Castísimo Esposo de María Santísima, rogad por nosotros !
¡ San José, nuestro Gran Protector,
rogad por nosotros ! ¡ Dulce Corazón de María sed nuestra Salvación !
Amén.

Oración Inmaculado Corazón De María

Devoción Mariana

Oh, Virgen mía, Oh, Madre mía,
yo me ofrezco enteramente a tu Inmaculado Corazón
y te consagro mi cuerpo y mi alma,
mis pensamientos y mis acciones.

Quiero ser como tu quieres que sea,
hacer lo que tu quieres que haga.
No temo, pues siempre estas conmigo.
Ayúdame a amar a tu hijo Jesús,
con todo mi corazón y sobre todas las cosas.
Pon mi mano en la tuya para que este siempre contigo.

Oración Al Inmaculado Corazón de María

Devoción Mariana (Compuesta por Berthe Petit)

Doloroso e Inmaculado Corazón de María,
habitación pura y santa! Cubrid mi alma con vuestra protección maternal.
Por este medio permaneceré fiel a la voz de Jesús,
y mi alma podrá corresponder a Su Amor,
y obedecer Su Divina Voluntad.

O Madre mía, mi deseo es mantener ante mi vista sin cesar,
vuestra participación de CoRedentora. Con este recuerdo,
viviré íntimamente unida a vuestro Corazón Inmaculado,
que siempre permanece totalmente unido al Sagrado Corazón de Vuestro Divino Hijo.

Por los méritos de vuestras virtudes y angustias,
clavadme a este Divino Corazón. Protegedme ahora y siempre.
Amén

Consagrando Las Ultimas Dos Horas De Nuestra Vida A La Santísima Virgen

Devoción Mariana

Postrado a Vuestros pies, y humillado por mis pecados, con plena confianza acudo a Vos, ¡O María! Os ruego aceptar las petición que mi corazón os viene a presentar para los últimos momentos de mi vida. Madre querida, deseo pedir Vuestra protección y maternal amor a fin de que, al instante decisivo,hagáis todo cuanto Vuestro amor os sugiera en mi favor.

A Vos, O Madre de mi alma, consagro LAS ULTIMAS DOS HORAS de mi vida. Apresuraos a mi lado, y recibid mi último susprio. Y cuando la muerte haya destrozado el hilo de mis días, presentad mi alma a Jesús, diciéndole: "YO LA AMO." Esa única palabra Vuestra bastará para asegurarme la bendición de Dios y la dicha de contemplaros por toda la eternidad.

¡Oh Madre y Esperanza mía! En Vos confío. Y mi confianza no será en vano.
¡Oh María! ¡Rogad por Vuestro hijo y conducidle a Jesús! Amén.

"Abandonar a la Madre es un solo paso para abandonar al Hijo."

Gloria A Dios En El Cielo

Oracion Básica

Gloria a Dios en el cielo,
y en la tierra paz a los hombres que ama el Señor.

Por tu inmensa gloria te alabamos,
te bendecimos, te adoramos,
te glorificamos, te damos gracias,
Señor Dios, Rey celestial,
Dios Padre todopoderoso Señor,
Hijo único, Jesucristo.

Señor Dios, Cordero de Dios, Hijo del Padre;
tú que quitas el pecado del mundo,
ten piedad de nosotros;
tú que quitas el pecado del mundo,
atiende nuestra súplica;
tú que estás sentado a la derecha del Padre,
ten piedad de nosotros;
porque sólo tú eres Santo,
sólo tú Señor, sólo tú Altísimo, Jesucristo,
con el Espíritu Santo en la gloria de Dios Padre.
Amén.

Sellamiento Con La Preciosísima Sangre De Cristo

Oracion Básica

Señor Jesús, en tu nombre y con
el Poder de tu Sangre Preciosa
sellamos toda persona, hechos o
acontecimientos a través de los cuales
el enemigo nos quiera hacer daño.

Con el Poder de la Sangre de Jesús
sellamos toda potestad destructora en
el aire, en la tierra, en el agua, en el fuego,
debajo de la tierra, en las fuerzas satánicas
de la naturaleza, en los abismos del infierno,
y en el mundo en el cual nos movemos hoy.

Con el Poder de la Sangre de Jesús
rompemos toda interferencia y acción del maligno.
Te pedimos Jesús que envíes a nuestros hogares
y lugares de trabajo a la Santísima Virgen
acompañada de San Miguel, San Gabriel,
San Rafael y toda su corte de Santos Ángeles.

Con el Poder de la Sangre de Jesús
sellamos nuestra casa, todos los que la habitan
(nombrar a cada una de ellas),
las personas que el Señor enviará a ella,
así como los alimentos y los bienes que
Él generosamente nos envía
para nuestro sustento.

Con el Poder de la Sangre de Jesús
sellamos tierra, puertas, ventanas,
objetos, paredes, pisos y el aire que respiramos,
y en fe colocamos un círculo de Su Sangre
alrededor de toda nuestra familia.

Con el Poder de la Sangre de Jesús
sellamos los lugares en donde vamos
a estar este día, y las personas, empresas
o instituciones con quienes vamos a tratar
(nombrar a cada una de ellas).

Con el Poder de la Sangre de Jesús
sellamos nuestro trabajo material y espiritual,
los negocios de toda nuestra familia,
y los vehículos, las carreteras, los aires,
las vías y cualquier medio de transporte
que habremos de utilizar.

Con Tu Sangre preciosa sellamos los actos,
las mentes y los corazones de todos los habitantes
y dirigentes de nuestra Patria a fin de que
Tu Paz y Tu Corazón al fin reinen en ella.

Te agradecemos Señor por Tu Sangre y
por Tu Vida, ya que gracias a Ellas
hemos sido salvados y somos preservados
de todo lo malo.
Amén.

Alabanzas Al Dios Altísimo

Alabanzas (San Francisco De Asís)

Solo Tu eres Santo,
Señor Dios
y sólo Tú obras maravillas.
Tú eres fuerte, tú eres grande,
tú eres el Altísimo,
tú eres omnipotente;
tú, Padre santo,
rey del cielo y de la tierra.

Tú eres trino y uno a la vez,
Señor Dios Bien total;
tú eres el bien,
todo bien, sumo bien,
Señor Dios vivo y verdadero.

Tú eres caridad y amor,
tú eres sabiduría,
tú eres humildad,
tú eres paciencia,
tú eres seguridad,
tú eres descanso,
tú eres alegría y alborozo,

Tú eres equidad y templanza,
tú eres riqueza sobradísima.
Tú eres la belleza,
tú eres la dulzura,
tú eres nuestro amparo,
tú eres nuestro custodio
tú eres nuestra defensa,
tú eres la fuerza,
tú eres el refrigerio.

Tú eres nuestra esperanza,
tú eres nuestra fe, tú eres
la gran dulcedumbre nuestra.
Tú eres nuestra vida eterna,
grande y admirable Señor,
¡omnipotente Dios,
nuestro dulcísimo
misericordioso Salvador!

Oración De Santa teresa De Jesús

Oraciones De Santos

Nada te turbe,
Nada te espante,
Todo se pasa,
Dios no se muda.
La paciencia
Todo lo alcanza;
Quien a Dios tiene
Nada le falta:
Sólo Dios basta.
Eleva el pensamiento,
Al cielo sube,
Por nada te acongojes,
Nada te turbe.
A Jesucristo sigue
Con pecho grande,
Y, venga lo que venga,
Nada te espante.
¿Ves la gloria del mundo
Es gloria vana;
Nada tiene de estable,
Todo se pasa.
Aspira a lo celeste,
Que siempre dura;
Fiel y rico en promesas,
Dios no se muda.
Ámala cual merece
Bondad inmensa;
Pero no hay amor fino
Sin la paciencia.
Confianza y fe viva
Mantenga el alma,
Que quien cree y espera
Todo lo alcanza.
Del infierno acosado
Aunque se viere,
Burlará sus furores
Quien a Dios tiene.
Vénganle desamparos,
Cruces, desgracias;
Siendo Dios su tesoro,
Nada le falta.
Id, pues, bienes del mundo;
Id, dichas vanas;
Aunque todo lo pierda,
Sólo Dios basta.

Te Deum

Oración Al Padre

A ti, oh Dios, te alabamos,
a ti, Señor, te reconocemos.

A ti, eterno Padre,
te venera toda la creación.

Los ángeles todos,
los cielos y todas las potestades te honran.

Los querubines y serafines
te cantan sin cesar:

Santo, Santo, Santo es el Señor,
Dios del universo.

Los cielos y la tierra
están llenos de la majestad de tu gloria.

A ti te ensalza
el glorioso coro de los Apóstoles,

la multitud admirable de los Profetas,
el blanco ejército de los mártires.

A ti la Iglesia santa,
extendida por toda la tierra, te proclama:

Padre de inmensa majestad,
Hijo único y verdadero, digno de adoración,
Espíritu Santo, Defensor.

Tú eres el Rey de la gloria, Cristo.
Tú eres el Hijo único del Padre.

Tú, para liberar al hombre,
aceptaste la condición humana
sin desdeñar el seno de la Virgen.

Tú, rotas las cadenas de la muerte,
abriste a los creyentes el reino del cielo.

Tú te sientas a la derecha de Dios
en la gloria del Padre.

Creemos que un día
has de venir como juez.

Te rogamos, pues,
que vengas en ayuda de tus siervos,
a quienes redimiste con tu preciosa sangre.

Haz que en la gloria eterna
nos asociemos a tus santos.

Salva a tu pueblo, Señor,
y bendice tu heredad.

Sé su pastor
y ensálzalo eternamente.

Día tras día te bendecimos
y alabamos tu nombre para siempre,
por eternidad de eternidades.

Dígnate, Señor, en este día
guardarnos del pecado.

Ten piedad de nosotros, Señor,
ten piedad de nosotros.

Que tu misericordia, Señor,
venga sobre nosotros,
como lo esperamos de ti.

En ti, Señor, confié,
no me veré defraudado para siempre.

Oración de Abandono

Oración Al Padre

Padre,
En tus manos me pongo,
Haz de mi lo que Tu quieras.
Por todo lo que hagas de mi,
te doy gracias.

Estoy dispuesto a todo, lo acepto todo,
con tal de que Tu voluntad se haga en mi
y en todas tus criaturas.
No deseo nada mas. Dios mio.

Pongo mi alma entre tus manos,
te la doy, Dios mio,
Con todo el ardor de mi corazon
porque Te Amo,
y es para mi una necesidad de amor
el darme, el entregarme
entre tus manos sin medida,
con infinita confianza,
porque Tu eres mi Padre.

Amen.

Rosario Al Padre Celestial

Oración Al Padre

En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amen

¡Oh Dios ven en nuestro auxilio!
R: Señor, apresurate a socorrerme.

Gloria al Padre, y al Hijo y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, y por los siglos de los siglos. Amén.

Padre mío, Padre Bueno, a Ti me ofrezco, a Ti me entrego. Ángel de Dios, que eres mi custodio, ilumíname, guárdame, rígeme y gobiérname ya que te fui confiado de la bondad celestial. Amen.

Primer Misterio

Se contempla el triunfo del Padre en el Jardín del Edén, cuando después del pecado de Adán y Eva, promete la venida del Salvador.

Entonces el Padre Dios dijo a la serpiente: “Por haber hecho esto, maldita seas entre todas las bestias y entre todos los animales del campo. Sobre tu vientre caminarás y polvo comerás todos los días de tu vida” – (Génesis 3, 14-15)

Un Ave María - Diez Padre Nuestros - Un Gloria Al Padre

Padre mío, padre bueno, a ti me ofrezco, a ti me entrego”. Ángel de Dios, que eres mi custodio, ilumíname, guárdame, rígeme y gobiérname ya que te fui confiado de la bondad celestial. Amen

Segundo Misterio

Se contempla el triunfo del Padre en el momento en que María dice: “FIAT” durante la Anunciación.

El Ángel le dijo: “No temas María, porque has hallado gracia delante de Dios; vas a concebir en tu seno y vas a dar a luz un Hijo, a quién pondrás por nombre Jesus. El será grande y será llamado Hijo del Altisimo, y el Señor Dios le dará el trono de David, su Padre; reinará sobre la casa de Jacob por los siglos y SU Reino no tendrá fin” – (San Lucas 1, 30-33)

Un Ave María - Diez Padre Nuestros - Un Gloria Al Padre

Padre mío, padre bueno, a ti me ofrezco, a ti me entrego”. Ángel de Dios, que eres mi custodio, ilumíname, guárdame, rígeme y gobiérname ya que te fui confiado de la bondad celestial. Amen

Tercer Misterio

Se contempla el triunfo del Padre en el huerto de Getsemaní, cuando el Padre entrega toda su fuerza al Hijo.

“Y se apartó de ellos como un tiro de piedra, y Puesto de rodillas oraba diciendo: ¡PADRE, si quieres, aparta de MI esta copa; pero no se haga MI Voluntad sino la TUYA! Entonces, Se le apareció un ángel venido del cielo que le confortaba. Y sumido en agonía, insistía más en SU oración. SU sudor se hizo como Gotas Espesas de Sangre que caían en tierra” -. (San Lucas 22, 41-44).

Un Ave María - Diez Padre Nuestros - Un Gloria Al Padre

Padre mío, padre bueno, a ti me ofrezco, a ti me entrego”. Ángel de Dios, que eres mi custodio, ilumíname, guárdame, rígeme y gobiérname ya que te fui confiado de la bondad celestial. Amen

Cuarto Misterio

Se contempla en triunfo del Padre en el momento de cada juicio particular.

Y, levantándose, partió hacia su Padre. “Estando El todavía lejos, le vio su Padre y, conmovido, corrió, se echó a su cuello y le besó efusivamente. El hijo le dijo: ¡Padre, pequé contra el Cielo y contra ti; ya no me merezco ser llamado hijo Tuyo! Pero el Padre dijo a sus siervos: ¡Traed aprisa el mejor vestido y vestidle, ponedle un anillo en su mano y unas sandalias en los pies. ¡Traed el novillo cebado, matadlo y comamos y celebremos una fiesta, porque este hijo MIO estaba muerto y ha vuelto a la vida; estaba perdido y ha sido hallado! Y comenzaron la fiesta”- (San Lucas 15, 20-24).

Un Ave María - Diez Padre Nuestros - Un Gloria Al Padre

Padre mío, padre bueno, a ti me ofrezco, a ti me entrego”. Ángel de Dios, que eres mi custodio, ilumíname, guárdame, rígeme y gobiérname ya que te fui confiado de la bondad celestial. Amen

Quinto Misterio

Se contempla el Triunfo del Padre en el momento del juicio universal.

Luego vi un cielo nuevo y una tierra nueva porque el primer cielo y la primera tierra desaparecieron, y el mar no existe ya -. Y vi la ciudad Santa, la nueva Jerusalén, que bajaba del cielo, de junto a Dios, engalanada como una novia ataviada para su esposo. Y oí una fuerte voz que decía desde el trono: “Esta es la morada de Dios con los Hombres. Pondrá su morada entre ellos y ellos serán su pueblo y el, Dios con ellos, será su Dios. Y enjugará toda lágrima de sus ojos, y no habrá ya muerte ni habrá llanto, ni gritos, ni fatigas, porque el mundo viejo ha pasado.(Apocalipsis 21, 1-4).

Un Ave María - Diez Padre Nuestros - Un Gloria Al Padre

Padre mío, padre bueno, a ti me ofrezco, a ti me entrego”. Ángel de Dios, que eres mi custodio, ilumíname, guárdame, rígeme y gobiérname ya que te fui confiado de la bondad celestial. Amen

Letanías Al Padre Celestial

Oh DIOS, PADRE del cielo.
Ten piedad de nosotros

Oh DIOS, HIJO redentor del mundo.
Ten piedad de nosotros

Oh DIOS, ESPIRITU SANTO
Ten piedad de nosotros

Santa TRINIDAD, único DIOS.
Ten piedad de nosotros

PADRE, Creador del mundo.
Ten piedad de nosotros

PADRE, Sustentador del mundo.
Ten piedad de nosotros

PADRE, Sabiduría eterna.
Ten piedad de nosotros

PADRE, Bondad infinita .
Ten piedad de nosotros

PADRE, Providencia inefable.
Ten piedad de nosotros

PADRE, Fuente de cada cosa.
Ten piedad de nosotros

PADRE, Santísimo.
Ten piedad de nosotros

PADRE, Dulcísimo.
Ten piedad de nosotros

PADRE, de infinita misericordia.
Ten piedad de nosotros

PADRE, Nuestro defensor.
Ten piedad de nosotros

PADRE, Nuestra alegría y nuestra gloria.
Ten piedad de nosotros

PADRE, Rico para todas las criaturas.
Ten piedad de nosotros

PADRE, Magnificencia de la iglesia.
Ten piedad de nosotros

PADRE, Esperanza de los cristianos.
Ten piedad de nosotros

PADRE, Perturbación de los ídolos .
Ten piedad de nosotros

PADRE, Sabiduría de los jefes.
Ten piedad de nosotros

PADRE, Consolación de los pueblos.
Ten piedad de nosotros

PADRE, Alegría de los sacerdotes.
Ten piedad de nosotros

PADRE, Guía de los hombres.
Ten piedad de nosotros

PADRE, Regalo de la vida de la familia.
Ten piedad de nosotros

PADRE, Ayuda a los miserables.
Ten piedad de nosotros

PADRE, Consuelo de los pobres.
Ten piedad de nosotros

PADRE, Guía de los jóvenes.
Ten piedad de nosotros

PADRE, Amigo de los pequeños.
Ten piedad de nosotros

PADRE, Libertad de los esclavos.
Ten piedad de nosotros

PADRE, Luz de los que están en las tinieblas.
Ten piedad de nosotros

PADRE, Destrucción de los soberbios.
Ten piedad de nosotros

PADRE, Sabiduría de los justos.
Ten piedad de nosotros

PADRE, Reposo en las tribulaciones.
Ten piedad de nosotros

PADRE, Esperanza en la desolación.
Ten piedad de nosotros

PADRE, Refugio de salvación para los desesperados.
Ten piedad de nosotros

PADRE, Alegría de los pobres.
Ten piedad de nosotros

PADRE, Puerta de salvación en los peligros.
Ten piedad de nosotros

PADRE, Paz y protección en el despojo.
Ten piedad de nosotros

PADRE, Consuelo de los afligidos.
Ten piedad de nosotros

PADRE, Refugio de los huérfanos.
Ten piedad de nosotros

PADRE, Refugio de los ancianos.
Ten piedad de nosotros

PADRE, Refugio de los moribundos.
Ten piedad de nosotros

PADRE, que en nuestra pobreza, extingues la codicia.
Ten piedad de nosotros

PADRE, Vida de los muertos.
Ten piedad de nosotros

CORDERO DE DIOS, que quitas los pecados del mundo.
Perdónanos, Señoros

CORDERO DE DIOS, que quitas los pecados del mundo.
Escúchanos, Señor

CORDERO DE DIOS, que quitas los pecados del mundo.
Ten misericordia de nosotros.

Un Ave María - Un Padre Nuestros - Un Gloria Al Padre

OREMOS: Padre infinitamente bueno y misericordioso, que deseas ardientemente extender Tu Reino de Amor en el corazón de todas tus criaturas, para Tu gozo su felicidad; Te rogamos que se cumpla esta voluntad Tuya de ser conocido, amado y honrado por todos los hombres; y que todas nuestras familias estén unidas en tu paz.
Te lo pedimos por Jesucristo Tu Hijo nuestro señor, por intercesión de María Santísima y de todos los Santos. Amén.

¡PADRE! Donde quiera que yo vaya, Te encuentre. Donde quiera que yo mire, Te vea. Donde quiera que te busque, allí estés. Donde quiera que Te hable, me respondas. Donde quiera que Te ruegue, me escuches. Donde quiera Tú eres mi Dios, mi Todo. Donde quiera Te encuentro, Te amo. "¡Levántense y bendigan a Yahvé, Desde siempre y para siempre. Bendito sea su Nombre Glorioso Que sobre pasa toda bendición y alabanza!" (Sor Eugenia E. Ravasio)

Acto de abandono al padre
Padre me pongo en tus manos, has de mí lo que quieras, sea lo que sea, te doy las gracias. Estoy dispuesto a todo, lo acepto todo, con tal que tu voluntad se cumpla en mí, y en todas tus criaturas, no deseo nada más, Padre. Te confío mi alma, te la doy, te la entrego, con todo el amor de que soy capaz, porque te amo. Y necesito darme a ti, ponerme en tus manos sin medida, con una confianza infinita, porque tú eres mi Padre. Amén.

Promesas

1. Él promete que por cada Padre Nuestro que sea rezado, decenas de almas se salvarán de la condenación eterna y decenas de almas serán libradas de las penas del purgatorio.

2. Dios Padre concederá gracias muy particulares a las familias que oren este Santo Rosario y transmitirá estas gracias de generación en generación.

3. A todos aquellos que lo oren con fe, hará grandes milagros, tales y tan grandes que "no se han visto jamás" en Historia de la Iglesia".

Coronilla De La Misericordia

Coronilla De La Misericordia

Oración Inicial (opcional): "Expiraste, Jesús, pero la fuente de vida brotó para las almas y un mar de misericordia se abrió para el mundo entero. Oh! fuente de vida, insondable Misericordia Divina, abarca al mundo entero y derrámate sobre nosotros" (Diario, 1319).

Padre Nuestro Avemaría Credo

Luego con las cuentas del rosario normal se rezan 5 decenas. Cada decena en las cuentas grandes se comienza diciendo:
"Padre Eterno, te ofrezco el Cuerpo y la Sangre, el Alma y la Divinidad de Tu amado Hijo, Nuestro Señor Jesucristo, como propiciación por nuestros pecados y los pecados del mundo entero."

Y en las cuentas pequeñas del rosario se responde:
"Por Su dolorosa Pasión, ten Misericordia de nosotros y del mundo entero". (diez veces)

Al terminar las cinco decenas se dice tres veces:
"Santo Dios, Santo Fuerte, Santo Inmortal, ten Misericordia de nosotros y del mundo entero."

Al último, ésta Jaculatoria y la oración final:
(Oh Sangre y Agua que brotaste del Santísimo Corazón de Jesús como fuente de Misericordia para nosotros, en Ti confío.)

Oración Final (opcional): "Oh Dios Eterno, en quien la misericordia es infinita y el tesoro de compasión inagotable, vuelve a nosotros Tu mirada bondadosa y aumenta Tu misericordia en nosotros, para que en momentos difíciles no nos desesperemos ni nos desalentemos, sino que, con gran confianza, nos sometamos a Tu santa voluntad, que es el Amor y la Misericordia en sí Mismos. Amén" (Diario, 950).

Concluir con la Señal de la Cruz. En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén

Alma De Cristo

Oración Después De La Comunión

Alma de Cristo, santifícame.
Cuerpo de Cristo, sálvame.
Sangre de Cristo, embriágame.
Agua del costado de Cristo, lávame.
Pasión de Cristo, confórtame.
¡Oh, buen Jesús!, óyeme.
Dentro de tus llagas, escóndeme.
No permitas que me aparte de Ti.
Del maligno enemigo, defiéndeme.
En la hora de mi muerte, llámame.
Y mándame ir a Ti.
Para que con tus santos te alabe.
Por los siglos de los siglos.
Amén.

Gracias Amabilísimo Jesús

Oración Después De La Comunión

Gracias, amabilísimo Jesús, gracias infinitas os sean dadas por el inapreciable beneficio que acabáis de hacerme viniendo a mi y dignándoos entrar en la pobre morada de mi corazón.

¿Y de dónde a mí tanta dicha? Os contemplo en los brazos de mi alma cual el anciano Simeón, y entusiasmado por tan divino tesoro, exclamaré con él: «Moriré gustoso, porque he logrado la mayor dicha que en este mundo puede lograrse ». ¿Qué gracias, pues, podré daros por esta gracia, que no sólo contiene todas las gracias, sino que también al Autor de ellas?
¡Oh Ángeles santos! Alabad todos al Señor y dadle por mí las gracias.
¡Oh Santos del cielo y justos de la tierra! Ayudadme a dar a Dios las gracias por tan señalada merced.

¡Oh Virgen Santísima!... Vos, que con tanta perfección supisteis corresponder a los singulares beneficios que os dispensó Dios, haced que yo sepa también corresponder y darle las debidas gracias; pero ya que esto me es imposible, dádselas por mi.

Quisiera, Dios mío, que cuantas criaturas hay en el cielo y en la tierra os dieran por mí las gracias; pero estoy bien convencido de que ni aun así correspondería digna y debidamente; por esto, pues, me ofrezco a Vos mismo con todo mi cuerpo y alma, potencias y sentidos, de suerte que en adelante diré siempre con el Apóstol San Pablo: Vivo yo, pero no yo, sino que vive Cristo en mi. ¡Oh, Dios mío!. De hoy más seré siempre vuestro; adornadme, por tanto, como a cosa vuestra, con cuantas virtudes sabéis que necesito para amaros y serviros: con toda perfección.

Al veros hospedado en mi alma, me lleno de admiración y asombro, y entusiasmado, cual la Magdalena, no sé desistir de contemplar vuestras misericordias infinitas. ¿Qué visteis, Señor, en mí para que vinierais? ¿Virtudes?... ¿Pero cómo, si estoy desnudo de ellas? ¿Méritos?... ¡Ay! Yo soy un miserable pecador. ¿Quién, pues Bien mío, os movió? ¡Ay! Ya lo sé: las miserias que me oprimen y las necesidades bajo las que me veis gemir. ;¡Cuán bueno sois, oh mi buen Dios!... Permitidme, pues, Señor, que abrace vuestros pies santísimos y los riegue con lágrimas de ternura y amor. No, yo no me levantaré de vuestras plantas hasta que, cual a la Magdalena, me concedáis una indulgencia plenaria de todos mis pecados; ni os dejaré ir hasta que me hayáis echado vuestra santa bendición.

Oh, y cuánto os amo, Dios mio! ¡Qué lástima que no os haya amado siempre! Al acordarme que tuve valor para ofenderos, se me cubre de rubor el rostro y un vivo dolor parte mi corazón. Sí; con la sangre de mis venas quisiera borrar mis culpas. Quisiera que los días en que os ofendí y no os amé no se computaran en el número de los años que he vivido. Pero, en adelante... - cielos y tierra, sed testigos de mi resolución -, en adelante no os ofenderé más, y os amaré, con vuestra gracia, con todo el afecto de mi corazón.

Y no sólo eso, Señor, sino que procuraré que todo el mundo os ame, y que nadie os ofenda; y ya que os contemplo sentado en mi corazón como en un trono de misericordia preparado para concederme gracias, y no sólo instándome a que os las pida, sino quejándoos de que hasta aquí no os las haya pedido, enmendando mi negligencia os pido:

1º Que convirtáis a todos los pobres pecadores. ¿No veis, Señor, cómo se precipitan de abismo en abismo?
2º Que concedáis a los justos la perseverancia final en vuestro santo servicio. ¿De qué les serviría tener buen principio si fuera desgraciado su fin?
3º Que, librando de las penas del purgatorio a las benditas ánimas, las llevéis a vuestra gloria. ¡Bien sabéis cuánto os aman y anhelan por Vos!
4º Que a mis padres, amigos y bienhechores les concedáis cuantas gracias necesiten.
5º Que triunfe en todas partes la Iglesia y prospere nuestra nación.
6º Que bendigáis a cuantos son acreedores a mis oraciones.

Letanías A Jesús Misericordioso

Letanías

Señor, ten piedad de nosotros.
Cristo, ten piedad de nosotros.
Señor, ten piedad de nosotros.

Jesucristo,óyenos.
Jesucristo, escúchanos.

Dios Padre Celestial, ten piedad de nosotros.
Dios Hijo, Redentor del mundo, ten piedad de nosotros.
Dios Espíritu Santo, ten piedad de nosotros.
Santísima Trinidad que eres un solo Dios verdadero, ten piedad de nosotros.


Después de cada invocación se dice: "En ti confío"

(Diario, 949):

1. "Misericordia Divina, que brota del seno del Padre.

2. Misericordia Divina, supremo atributo de Dios.

3. Misericordia Divina, misterio incomprensible.

4. Misericordia Divina, fuente que brota del misterio de la Santísima Trinidad.

5. Misericordia Divina, insondable para todo entendimiento humano o angélico.

6. Misericordia Divina, de donde brotan toda vida y felicidad.

7. Misericordia Divina, más sublime que los cielos.

8. Misericordia Divina, fuente de milagros y maravillas.

9. Misericordia Divina, que abarca todo el universo.

10. Misericordia Divina, que baja al mundo en la Persona del Verbo Encarnado.

11. Misericordia Divina, que manó de la herida abierta del Corazón de Jesús.

12. Misericordia Divina, encerrada en el Corazón de Jesús para nosotros y especialmente para los pecadores.

13. Misericordia Divina, impenetrable en la institución de la Sagrada Hostia.

14. Misericordia Divina, en la institución de la Santa Iglesia.

15. Misericordia Divina, en el sacramento del Santo Bautismo.

16. Misericordia Divina, en nuestra justificación por Jesucristo.

17. Misericordia Divina, que nos acompaña durante toda la vida.

18. Misericordia Divina, que nos abraza especialmente a la hora de la muerte.

19. Misericordia Divina, que nos otorga la vida inmortal.

20. Misericordia Divina, que nos acompaña en cada momento de nuestra vida.

21. Misericordia Divina, que nos protege del fuego infernal.

22. Misericordia Divina, en la conversión de los pecadores empedernidos.

23. Misericordia Divina, asombro para los ángeles, incomprensible para los Santos.

24. Misericordia Divina, insondable en todos los misterios de Dios.

25. Misericordia Divina, que nos rescata de toda miseria.

26. Misericordia Divina, fuente de nuestra felicidad y deleite.

27. Misericordia Divina, que de la nada nos llamó a la existencia.

28. Misericordia Divina, que abarca todas las obras de sus manos.

29. Misericordia Divina, corona de todas las obras de Dios.

30. Misericordia Divina, en la que estamos todos sumergidos.

31. Misericordia Divina, dulce consuelo para los corazones angustiados.

32. Misericordia Divina, única esperanza de las almas desesperadas.

33. Misericordia Divina, remanso de corazones, paz ante el temor.

34. Misericordia Divina, gozo y éxtasis de las almas santas.

35. Misericordia Divina, que infunde esperanza, perdida ya toda esperanza".


Cordero de Dios, que quitas los pecados del mundo.
Perdónanos, Señor.

Cordero de Dios, que quitas los pecados del mundo.
Escúchanos, Señor.

Cordero de Dios, que quitas los pecados del mundo.
Ten piedad de nosotros.


V . Las Misericordias de Dios son más grandes que todas sus obras.
R . Por eso cantaré las Misericordias de Dios para siempre.



ORACIÓN
Oh Dios Eterno, en quien la misericordia es infinita y el tesoro de compasión inagotable, vuelve a nosotros Tu mirada bondadosa y aumenta Tu misericordia en nosotros, para que en momentos difíciles no nos desesperemos ni nos desalentemos, sino que, con gran confianza, nos sometamos a Tu santa voluntad, que es el Amor y la Misericordia Mismos. Amén.

Novena Hora

Devoción a Jesús

Oh Jesús, tendido sobre la Cruz, Te suplico me concedas la gracia de poder cumplir fielmente con la voluntad de Tu Padre, en todo, siempre y en cualquier parte.

Y cuando esta voluntad de Dios me parezca pesada y aún difícil de cumplir, te suplico, Jesús, descienda sobre mi Tu fuerza y Tu vigor para que mis labios puedan repetir: “Señor, hágase Tu voluntad”.

Oh Salvador de todo el mundo, amante de la salvación humana, que entre los tremendos dolores de Tu Pasión y Muerte, te has olvidado de Ti mismo y has pensado en la salvación de las almas, concédeme la gracia de olvidarme de mí mismo de modo que viva totalmente para los demás, colaborando contigo en la obra de la salvación, según la voluntad santísima de Tu Padre.

Expiraste, Jesús, pero Tu muerte hizo brotar un manantial de vida para las almas y el océano de Tu misericordia inundó todo el mundo.
Oh, Fuente de Vida, insondable misericordia divina, anega el mundo entero derramando sobre nosotros hasta Tu última gota.
Oh, Sangre y Agua que brotaste del Corazón de Jesús, manantial de misericordia para nosotros, en Ti confío.

Consagración A Jesús Misericordioso

Devoción a Jesús

¡Oh, Jesús Misericordioso!. Tu Bondad es infinita y los tesoros de Tu Gracia son inagotables. Me abandono a Tu Misericordia que sobrepuja todas Tus obras. Me consagro enteramente a Ti para vivir bajo los rayos de Tu Gracia y de Tu amor que brotaron de Tu Corazón traspasado en la Cruz.

Quiero dar a conocer Tu Misericordia, por medio de las obras de misericordia corporales y espirituales, especialmente con los pecadores, consolando y asistiendo a los pobres afligidos y enfermos. Más, Tú me protegerás como cosa tuya, pues todo lo temo de mi debilidad y todo lo espero de Tu Misericordia.

Que toda la humanidad comprenda el abismo insondable de Tu Misericordia, a fin de que poniendo toda su esperanza en ella pueda ensalzarla por toda la Eternidad.
Amén.